martes, 18 de agosto de 2020

Mons. Viganò vs. CVII (x2)


1 - Comentarios de Mons. Viganò en el encuentro anual de LifeSiteNews

(...) El furor del Enemigo, que detesta el género humano, se desata en primer lugar contra la doctrina de la realeza de Cristo, porque la realeza está unida a la persona de Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero Hombre. El secularismo del siglo XIX, fomentado por la Masonería, ha conseguido reorganizarse con una ideología aún más perversa, pues no sólo ha extendido la negación de los derechos del Redentor a la sociedad civil, sino también al Cuerpo de la Iglesia.

Esta ofensiva se consumó con la renuncia por parte del Papado al concepto mismo de la realeza vicaria del Romano Pontífice, introduciendo con ello en la propia Iglesia las exigencias de la democracia y el parlamentarismo que ya se habían utilizado para socavar las naciones y la autoridad de los gobernantes. El Concilio Vaticano II debilitó en gran medida la monarquía pontificia como consecuencia de haber negado implícitamente la divina realeza del Eterno Sumo Sacerdote. Al hacerlo asestó un golpe maestro a la institución que hasta entonces se había mantenido como muralla defensiva contra la secularización de la sociedad cristiana. La soberanía del Vicario quedó menoscabada, y a ello siguió la paulatina negación de los derechos soberanos de Cristo sobre su Cuerpo Místico. Cuando Pablo VI depositó la tiara, haciendo alarde de ello, como si abdicara de su sagrada monarquía vicaria, despojó también a Nuestro Señor de su corona, reduciendo la realeza de Jesús a un sentido meramente esjatológico. 

Prueba de ello son los significativos cambios introducidos en la liturgia de la festividad de Cristo Rey y el traspaso de ésta al final del año litúrgico.¿Se dieron cuenta todos los padres conciliares que aprobaron con su voto Dignitatis humanae y proclamaron la libertad de culto de Pablo VI de que en la práctica lo que hicieron fue derrocar a Nuestro Señor Jesucristo despojándolo de su corona y de su reinado en la sociedad? ¿Entendieron que claramente habían destronado a Nuestro Señor Jesucristo de su dominio divino sobre nosotros y sobre el mundo entero? ¿Comprendieron que al hacerse portavoces de naciones apóstatas hicieron subir a su trono estas execrables blasfemias: «No queremos que reine sobre nosotros» (Lc. 19,14) y «no tenemos más rey que al César» (Jn.19, 15)? Pero Él, en vista de la confusa algarabía de aquellos insensatos, apartó su espíritu de ellos.

(...) también en el corazón de la Esposa de Cristo hay cardenales, obispos y sacerdotes que escandalizan a los fieles con su reprensible conducta moral, difunden herejías desde los púlpitos, promueven la idolatría celebrando a la Pachamama y el culto a la Madre Tierra en nombre de un ecologismo de clara matriz masónica y en total consonancia con el plan disolvente ideado por el mundialismo.(...)

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(Adelante la Fe)

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2 - Monseñor Viganò habla de los comentarios que hace el obispo Barron en defensa del Vaticano II (The Remnant

(...) Después (Ratzinger) afirma que «hemos de ser fieles al presente de la Iglesia, no al ayer ni al mañana», lo cual fue significativamente adoptado por los propulsores del Concilio ni más ni menos que para dar carpetazo al pasado, afirmar en el presente de aquel momento la revolución conciliar y preparar la crisis del mañana en ya nos encontramos. Es más, los novadores que quisieron aquel concilio actuaron precisamente –parafraseando las palabras de Ratzinger– con reservas que han amputado el Magisterio ininterrumpido de la Iglesia y con arbitrariedad lo han distorsionado. No veo por qué lo que hicieron ayer los innovadores con el Concilio Vaticano II en perjuicio de la Tradición no les pueda valer hoy: quienes no vacilaron en demoler el edificio doctrinal, moral, litúrgico, espiritual y disciplinar de la religión de antes, como ellos la llaman, en nombre de la pastoralidad y del Concilio, no vacilarían hoy en pretender reivindicar para sus osadas innovaciones la misma sumisión servil y su negativa a defender dos mil años de Magisterio infalible, y que hay que manifestar una adhesión incondicional, no a la Tradición, sino al acontecimiento singular que contradijo y adulteró dicha Tradición. A mí me parece que esa forma de razonar, nada más de una perspectiva meramente lógica, no tiene mucha credibilidad; la Iglesia conciliar se limita a reafirmarse y mirarse el ombligo rompiendo con la enseñanza constante de los sumos pontífices anteriores.(...) 

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(Adelante la Fe)

2 comentarios:

  1. ¿cómo puede ser alguien que habla de pascendi luego quiera no darse cuenta de las herejías de k wojtyla?
    o no entendió una cosa o no entendió la otra o pretende hacer síntesis del error con la Verdad....
    https://www.youtube.com/watch?v=a2TQhATalwM

    https://www.youtube.com/watch?v=gAQrZ0ovdio

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    1. Pero si habló en contra de Asís, y de la responsabilidad del CVII allí.

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