viernes, 30 de abril de 2021

De santa Catalina, a los obispos cómplices y silenciosos

Que la severa palabra de la Verdad no sea dirigida a ti cuando dijo: 'Maldito seas porque has guardado silencio' 

Desde lo más profundo de los siglos el grito de santa Catalina dirigido a los obispos y cardenales que asisten en silencio a la destrucción de las almas que se perpetra hoy con su silencio cómplice...

[…] ¡Pobre de mí! ¡Pobre de mí! ¡Mi alma desgraciada! Abre los ojos y mira bien la perversidad de la muerte que ha entrado en el mundo y, especialmente, en la santa Iglesia, cuerpo místico de Jesús.

¡Pobre de mí! ¡Rompiste tu corazón y tu alma al ver tantas ofensas cometidas contra Dios! Ves, padre, que el diablo, un lobo infernal, secuestra a los hombres, las ovejas que pastan en el huerto de la santa Iglesia; y no hay quien se mueva y se las arrebate de la boca. Los pastores duermen en su amor propio, en la misma codicia e inmundicia; y están tan ebrios de orgullo que duermen y ni siquiera se sienten, aunque ven que el diablo, el lobo del infierno, les quita la vida de gracia y también a las personas que les son confiadas. No les importa: y todo esto se debe a la perversidad de su amor propio. ¡Qué peligroso es el amor propio en los obispos, en los sacerdotes y en el pueblo que se les ha confiado!

Eres obispo; si tienes amor propio, no corriges el defecto que ves en las personas que te han confiado: porque si te amas a ti mismo, caes en el respeto humano, y por eso no intervienes para corregirlo. Si te amaras a ti mismo por Dios, por el contrario, no temerías al respeto humano; valientemente, con corazón fuerte, corregirías los defectos, y no te callarías, ni fingirías no ver.

Querido Padre, quiero que estés libre de amor propio. Por favor, vive para que esa palabra severa, con reproche, de la Verdad, no te sea dirigida cuando él dijo: "Maldito seas, porque permaneciste en silencio".

¡Pobre de mí! ¡No guardes más silencio! ¡Grita con cien mil lenguas! Veo que, con el silencio, el mundo está en ruinas, y la santa Iglesia, la Esposa de Jesús, se ha puesto toda pálida y ya no tiene su color, porque de ella ha sido chupada la sangre: la sangre de Jesús, entregada a nosotros por gracia y no para saldar una deuda, los malos pastores la roban con orgullo para su propio beneficio, quitando la gloria que debe pertenecer a Dios, y entregándosela a sí mismos. Roban con simonía, vendiendo los dones y las gracias que nos da la gracia, al precio de la sangre del Hijo de Dios. [...]

Santa Catalina de Siena, Carta 16, A un obispo

 Santa Catalina, ¡intercede por nosotros!

lunes, 26 de abril de 2021

Nuestra Señora del Buen Consejo de Genazzano

26 de abril  

A poca distancia de Roma se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Buen Consejo, imagen que en el siglo XV se trasladó allí milagrosamente desde Scútari, Albania, huyendo de la invasión turca y en respuesta a una fervorosa oración de dos piadosos albaneses


La ciudad de Genazzano (60 km al sur de Roma), remonta al tiempo del Imperio romano. En ella los patricios y la corte imperial establecieron sus mansiones o “villas” junto a templos, anfiteatros, circos y termas, cuyas ruinas atestiguan hasta hoy su antiguo fausto. Este lugar era escenario de fiestas en honra de los dioses, algunas de las cuales eran mero pretexto para orgías paganas. Una de esas celebraciones se realizaba el día 25 de abril, en honor de la diosa Flora.

Después que Constantino el Grande diera libertad a la Iglesia, bajo el pontificado del Papa San Silvestre (336) desaparecieron en Genazzano todos los trazos de paganismo en las costumbres, y se edificó allí una primera iglesia dedicada a María Santísima, bajo la tierna invocación de Madre del Buen Consejo. Posteriormente los Agustinos levantaron en un extremo de la ciudad un modesto convento.

Con el paso de los siglos la importancia de ese primitivo templo fue decayendo, hasta que, ya bastante deteriorado, de su antigua preeminencia sólo le restaban el nombre, un bonito bajorrelieve en mármol representando a la Virgen Madre del Buen Consejo, y el privilegio de ser punto de afluencia de peregrinos que venían a pedir gracias, que María Santísima continuaba prodigándoles maternalmente.

A mediados del siglo XIV, se confió el cuidado del antiguo templo a la Orden de los Eremitas de San Agustín, a fin de asegurar la asistencia pastoral a los fieles y la conservación del venerable edificio. El trabajo de los frailes produjo una notable elevación moral y religiosa de toda la ciudad, y muchos fieles de ambos sexos ingresaron en la Orden Tercera de San Agustín.

No obstante, las dificultades financieras seguían impidiendo la tan urgente y ansiada reforma del templo de la Madre del Buen Consejo.

Un alma piadosa prepara el camino a esta nueva devoción

Pero esta gran Señora tenía prevista para esa dificultad extrema una solución providencial y maravillosa, que los hombres eran incapaces de imaginar. Ella quiso valerse de una simple terciaria agustina para realizar un prodigio único en la Historia de la Iglesia, que traería como consecuencia no sólo la restauración del templo, sino un nuevo e incomparable esplendor de aquel recinto sagrado.

Petruccia de Nocera, viuda desde 1436 y sin hijos, dedicaba la mayor parte de su tiempo a la oración y a ejecutar pequeños servicios en la iglesia de la Madonna del Buen Consejo. Le dolía ver el estado del templo, y rezaba con fervor para que pudiese ser restaurado. Por fin, decidió asumir ella misma la iniciativa. Con licencia de los frailes, entregó todo su patrimonio para el costeo de las obras de restauración y ordenó iniciarlas, contando con la ulterior ayuda de los fieles para llevarlas a buen término.

El plan había sido bien estudiado, se ampliarían todas las dimensiones de la vieja iglesia, reedificando su estructura. Pero a la mitad de las obras, Petruccia, que ya contaba 80 años de edad, constató que el monto que había ofrecido no alcanzaba para continuar los trabajos, y que nadie se había presentado para auxiliarla. Así, al momento de agotarse sus recursos las nuevas paredes se elevaban irónicamente a poco más de un metro del suelo... Entonces, algunos conocidos de la pobre terciaria comenzaron a enrostrarle la imprudencia que había cometido; otros se burlaban de ella, y hasta hubo quienes la reprendiesen severamente en público. A todos ella se contentaba en decirles: “No deis, hijos míos, tanta importancia a esta infelicidad aparente, pues os aseguro que antes de mi muerte la Santísima Virgen y nuestro Santo Padre Agustín terminarán la iglesia comenzada por mí”.

Nadie podía imaginar entonces hasta qué punto ese anuncio de Petruccia era profético.

La Santísima Virgen tomó posesión de la iglesia

La Santa Iglesia había cambiado el contenido del festejo realizado en Genazzano el 25 de abril. El pueblo que en tiempos de paganismo se reunía para entregarse al desenfreno, ya convertido pasó a festejar en la misma fecha al patrono de la ciudad, San Marcos. En la mañana de ese día, en la Iglesia de la Madre del Buen Consejo comenzaban las celebraciones con una Misa solemne, en presencia de las autoridades eclesiásticas y civiles e incontables fieles venidos de toda la región del Lacio. Había después una gran feria montada en la Plaza frente al templo, llena de pintorescas barracas de toda clase de productos, y se armaban estrados de diversiones para entretener sanamente al gentío durante el resto del día.

La imagen sale de Albania, seguida por Giorgio y De Sclavis

El 25 de abril del año 1467 era sábado. La fiesta en honor de la Madre del Buen Consejo transcurría normalmente, con gran concurso de pueblo. La incansable Petruccia iba de aquí para allá, siempre muy servicial en los oficios que le cabían, y respondiendo con paciencia a los que la interpelaban acerca de su “pretencioso” proyecto. Cuando de repente, a eso de las 4 de la tarde, se dejaron oír los acordes de una melodía agradabilísima, que parecía venir del Cielo. Todos se pusieron a escudriñar de dónde podían venir esos sones maravillosos. Entonces, por encima de los tejados y de las torres de las iglesias, en el cielo primaveral y poético del Lacio, se dejó ver una pequeña nube blanca que desprendía rayos luminosos y venía bajando al son de una melodía excepcionalmente bella. Poco a poco la nube de luz bajó hasta la misma iglesia de la Madre del Buen Consejo, donde quedó suspendida junto a la pared del fondo de la capilla inconclusa. Al mismo tiempo las campanas de la vieja torre se pusieron a repicar por sí mismas, seguidas de inmediato, en un unísono milagroso, por todos los campanarios de Genazzano. En pocos segundos la capilla quedó repleta de gente que, asombrada, acudía a admirar aquel fenómeno celestial. La nubecita se fue disipando y dejó ver un objeto bellísimo, una pintura que representa a Nuestra Señora trayendo tiernamente a su Divino Hijo en los brazos.

En el local de la aparición ya se oían vivas desbordantes de alegría a la madre de Dios, al lado de gritos: “¡Milagro! ¡Milagro!” Los que ya habían partido hacia sus ciudades volvían atrás rápidamente, pues el repique inesperado de campanas les había llamado la atención y de lejos habían podido ver la misteriosa nube luminosa que bajaba sobre Genazzano.

Muchas personas enfermas o probadas se sintieron inspiradas a pedir cura y consuelo a la imagen llegada milagrosamente, y de inmediato comenzaron a ser atendidas, como consta en documentos emitidos por las autoridades eclesiásticas locales.

Dios premió el acto de confianza


La noticia se esparció por el Lacio y después a toda Italia. Multitudes fervorosas comenzaron a acudir para venerar aquella imagen, milagrosamente suspendida en el aire. Comenzaron a llover las limosnas, como una respuesta providencial a la confianza inquebrantable de la buena Petruccia. Sus esperanzas se veían ahora realizadas. La Madonna del Paradiso, como fue llamada la imagen en el primer momento, logró así que las obras de la iglesia fuesen retomadas y en poco tiempo ésta adquiriera un aspecto majestuoso. Artistas y artesanos unieron sus talentos para construir un rico y solemne altar en la pared junto a la cual se mantenía suspenso el fresco maravilloso. Se fundieron veinte lámparas de plata que ardían en honor de la Virgen Santísima.

Para Petruccia, su misión estaba cumplida: ya podía decir, como el anciano Simeón, “Ahora puedes llevar a tu siervo”. Colmadas sus esperanzas por María, sólo le quedaba cerrar los ojos a esta vida para contemplar los de su dulcísima Abogada y Madre. Cuando falleció, los Agustinos depositaron sus restos en la iglesia, bien próximos de la sagrada imagen. Junto al altar fijaron una lápida recordando algunos trazos de su santa vida. Y desde entonces el pueblo la llamó “Beata”.

De Scutari a Genazzano


Pasado algún tiempo de la aparición, la Madonna del Paradiso quiso dar a conocer el origen del maravilloso fresco, relacionado con la penosa situación que vivía la Iglesia al otro lado del mar Adriático.

Entre los peregrinos llegados a Genazzano había dos personajes que provocaban extrañeza por sus ropas y por los trazos fisonómicos que los identificaban como extranjeros. Uno de ellos era aún joven, y el otro ya adulto. Venidos a Roma desde Albania a comienzos del año, contaron una singular historia a la cual inicialmente nadie quería dar crédito.

En enero de ese año de 1467 había muerto el último y gran monarca de los albaneses Jorge Castriota, más conocido como Scanderbeg. Él había dado altas pruebas de fidelidad heroica a la Iglesia en la lucha contra los turcos que amenazaban aplastar la pequeña nación cristiana. Desde su juventud había tomado parte en combates contra los musulmanes; en uno de ellos, en Croja, entonces capital de Albania, derrotó fragorosamente al propio sultán Amurat II. A lo largo de una serie de campañas victoriosas, en las cuales había derrotado numerosas hordas turcas que durante años hostilizaban a sus compatriotas, Scanderbeg ocupó varias fortalezas en toda Albania. Después, con su pequeño ejército de soldados montañeses bien adiestrados, quedó a la espera de nuevas embestidas turcas. Éstas no se hicieron esperar y un número incontable de infieles asoló nuevamente el territorio cristiano.

Lamentablemente el pueblo albanés sufría desde hacía tiempo la influencia del cisma bizantino, y oscilaba entre la adhesión y el rechazo a la Santa Sede. Así, a la muerte del fiel Scanderbeg Albania pagó las consecuencias de su prolongada inconstancia y tibieza. Los ejércitos turcos, viéndose libres del que llamaban “fulminante león de la guerra”, embistieron contra Albania y la ocuparon casi totalmente.

Solamente Scútari, una pequeña plaza al norte del país, aún no había sido conquistada, porque contaba con una guarnición veneciana que el mismo Scanderbeg había llamado poco antes de su muerte. Pero su caída era sólo cuestión de tiempo. Comenzó entonces el éxodo de los que no querían poner en riesgo su fe y tradiciones hacia países vecinos donde pudiesen mantener la fidelidad a la Santa Sede. Entre ellos estaban Giorgio y De Sclavis, los dos protagonistas de esta historia. Ellos también pensaban emigrar, pero algo los retenía todavía en Scútari.

Se trataba de una pequeña iglesia donde se veneraba una imagen de Nuestra Señora, misteriosamente descendida del cielo hacía doscientos años. Se decía que había venido del Oriente, y por las gracias que concedía, su santuario se había hecho el principal centro de peregrinación de Albania. El propio príncipe Scanderbeg lo había visitado varias veces con sus soldados victoriosos.

Jorge Castriota, Scanderbeg

Pero la devoción a la imagen venía menguando junto con la adhesión a Roma. Sin esto no se comprende la catástrofe albanesa. Según la expresiva lamentación de un cronista de la época, “los jóvenes y las muchachas ya no tomaban gusto en florecer el altar de María en Scútari”, y el santuario parecía ahora destinado a una inevitable destrucción.

Ésta era la gran aflicción de Giorgio y De Sclavis: dejar la patria en el infortunio, abandonando con ella aquel don celestial, el gran tesoro de Albania. Con lágrimas fueron un día al viejo templo para rogar a aquella santa Madre, en su dolorosa perplejidad, que Ella les diese el buen consejo que necesitaban. Pues les parecía que debían preservarla de la furia mahometana, pero al mismo tiempo buscar en el exilio la seguridad para sus propias almas.

Esa misma noche la Santísima Virgen les hizo saber, en sueños, lo que esperaba de ellos. Les mandó que preparasen todo lo necesario para dejar aquel país ingrato, al que nunca más verían. Agregó que el milagroso fresco iba a retirarse de Scútari para escapar a la profanación, y que iría a otro país para continuar allí derramando sus gracias. Por fin, les ordenó que siguiesen a la imagen adonde ésta fuese.

Caminaban sobre las olas como lo hiciera el Divino Maestro


A la mañana siguiente los dos amigos ya estaban listos y fueron al santuario. Aún sin saber el rumbo que los hechos tomarían, se arrodillaron ante la bienamada pintura. De repente vieron, con indescriptible emoción, que ésta comenzaba a desprenderse de la pared donde se había apoyado desde su misteriosa venida de Oriente, y habiendo dejado su nicho, quedó un momento suspendida en el aire, hasta ser envuelta por una nube blanca. Sin embargo continuaba visible para ellos a través de esta nube. Después, saliendo del templo la imagen comenzó a apartarse de Scútari, desplazándose por los aires a buena altura del suelo.

Fue avanzando hacia el Mar Adriático, a una velocidad que permitía a los dos amigos seguirla. Así anduvieron cerca de 40 km. hasta llegar a la costa. Sin detener su curso, la imagen abandonó la tierra y avanzó sobre el mar, llevando detrás suyo a los fieles Giorgio y De Sclavis, que ahora caminaban sobre las olas como lo hiciera su Divino Maestro en el lago de Genezaret.

A la noche, la nube misteriosa que de día los preservaba de los ardores del sol con su sombra benéfica, los guiaba con su luz. Así llegaron a las costas de Italia, y continuaron siguiendo la nube atravesando montañas, ríos y valles, hasta que días después avistaron las torres y las cúpulas de Roma. Pero, llegados a las puertas de la ciudad, de repente la nube desapareció...

Entonces Giorgio y De Sclavis comenzaron a deambular por la ciudad, afligidos, preguntando de iglesia en iglesia y en las calles, si allí había posado una imagen venida del Cielo. Pero no obtenían ninguna información que los pudiese reconfortar.

Éste es el extraño relato que aquellos singulares personajes insistían en hacer, despertando desconfianza y la sospecha de que estuviesen delirando...

Nunca más los dos albaneses perdieron de vista la Imagen


Fue entonces que corrió por toda Roma la asombrosa noticia de que una imagen de Nuestra Señora había aparecido en los cielos de Genazzano, en las circunstancias ya descritas. Para Giorgio y De Sclavis se encendió una luz de esperanza, y hacia allí fueron, ansiosos por saber si sería la misma Santa Madre de Scútari.

¡Cuál no fue su alegría cuando, llegados al local donde reposaba ahora la pintura milagrosa, constataron que era exactamente la misma imagen! Postrados en señal de profunda veneración e intenso afecto, alabaron y agradecieron a la Virgen el inmenso favor que les había concedido.

En poco tiempo se comprobó que la extraordinaria historia de los dos albaneses era absolutamente cierta. Los dos peregrinos fijaron su residencia definitiva en la ciudad y nunca más se apartaron de su Señora. Allí se casaron, colocando sus vidas y su descendencia bajo la protección de la Madre del Buen Consejo.

Fue así que María Santísima, con la humilde participación de una piadosa terciaria agustina y dos fieles albaneses, trasladó su maravillosa efigie de la infeliz Albania a una pequeña ciudad próxima al centro de la Cristiandad. Y desde su nuevo santuario derrama sobre el mundo un nuevo caudal de gracias, bajo la invocación de Madre del Buen Consejo.     



* Tomado de Catolicismo, nº 208-209, abril-mayo de 1968, São Paulo. (ici)

domingo, 25 de abril de 2021

Sobre las Letanías Mayores o Rogativas

 En un comienzo, esta procesión tenía por objeto celebrar el aniversario de la entrada de San Pedro en Roma para hacer de ella la capital del mundo cristiano. El 25 de abril se celebrada en esa ciudad la fiesta pagana de las Robigalia, y ésta consistía principalmente en una procesión que, saliendo de la urbe por la puerta Flaminia, se dirigía al puente Milvio, para terminar en un templo suburbano, situado junto a la Via Claudia, donde se inmolaba una oveja en honor de Robigo, el dios romano de la roya del trigo.

 De esta forma, la Letanía Mayor no consistió más que en sustituir dicha fiesta pagana por una celebración cristiana. En ella, todos los fieles de Roma iban a la Iglesia de San Lorenzo in Lucina, la más próxima a la puerta Flaminia, para comenzar una procesión que hacía estación en San Valentín, atravesaba el puente Milvio y de allí torcía a la izquierda en dirección al Vaticano. 

Después de detenerse junto a una cruz, ella entraba solemnemente en la Basílica de San Pedro para la celebración solemne de la Santa Misa. Hacia el siglo VI se añadieron a esta procesión algunas oraciones destinadas a pedir el alejamiento de las calamidades y la conservación de los productos de la tierra. 

En el siglo VIII se fijó para ese mismo día, 25 de abril, la fiesta de San Marcos, de donde procede el nombre con el que se conoce a esta práctica, sin que exista conexión entre ambas celebraciones. Esta es la razón por la cual, cuando el 25 de abril cae dentro de la Octava de Pascua, se hace la procesión en el día señalado y la fiesta de San Marcos se traslada para después de concluida ella. Las Letanías Mayores sólo se trasladan cuando coinciden con el Día de Pascua, caso en el cual se desplazan para el martes siguiente. 
Este rito de intercesión se llama "Letanías Mayores" porque era de una naturaleza mucho más solemne que las letanías estacionales ordinarias. El recorrido fue muy largo, y en la procesión participó toda la población de Roma, dividida en varias compañías. El rito ya debe haber sido plenamente establecido en la época de San Gregorio ...

Como esta procesión y la Misa estacional en San Pedro siempre ocurría en Semana Santa, tenían un carácter claramente festivo, en el que diferían de las letanías procesionales que tuvo lugar durante la Cuaresma, destacándose especialmente por su carácter penitencial.

[...]

Habiendo recitado el Papa la Colecta, un subdiácono tomó del altar la cruz estacionaria y la presentó para que la besaran todos los presentes, tras lo cual partió la procesión hacia Sta Maria Nova en el Forum, donde se hizo la primera parada. Cuando el Pontífice estuvo algo descansado, se dirigieron a San Marcos, donde hubo otra pausa. Luego se dirigieron hacia el Mausoleo de Adriano, el tercer lugar de parada, y finalmente en dirección al Vaticano.

 La siguiente descripción de las Procesiones de Rogativas proviene de un canónigo de la catedral de Siena llamado Oderico, quien en el año 1213 escribió un relato detallado de los textos litúrgicos y ceremonias usados ​​en su iglesia.

La palabra griega "letanía" significa "súplica", porque en las Letanías suplicamos al Señor que nos defienda de toda adversidad y muerte súbita; y rogamos a los santos que intercedan por nosotros ante el Señor. … La Iglesia celebra las Letanías con devoción, con cruces (procesionales), estandartes y reliquias. Ella va de iglesia en iglesia, orando humildemente a los santos para que intercedan ante Dios por nuestros excesos, 'que podamos obtener por su intercesión lo que no podemos obtener por nuestros propios méritos. ( citando una colecta votiva de uso común de todos los santos. ) ...

Es costumbre de ciertas iglesias llevar también un dragón los dos primeros días antes de la Cruz y el estandarte, con una cola larga e inflada, pero al tercer día, (va) detrás de la Cruz y los estandartes, con la cola hacia abajo. Este es el diablo, que en tres períodos, ante la ley, bajo la ley y bajo la gracia, nos engaña o quiere hacerlo. En los dos primeros (períodos) fue, por así decirlo, el señor del mundo; por eso, se le llama Príncipe o Dios de este mundo, y por eso, en el primer día, va con la cola inflada. En el tiempo de la gracia, sin embargo, fue vencido por Cristo, ni se atreve a reinar abiertamente, sino que seduce a los hombres de manera oculta; esta es la razón por la que el último día sigue con el rabo hacia abajo ”. (Ordo Officiorum Ecclesiae Senensis, 222)

Oderico no describe al dragón, pero dado que Siena está en la Toscana, todavía un importante centro de trabajo del cuero hasta el día de hoy, podemos imaginar que el dragón en sí era una gran imagen de madera montada sobre ruedas o un carro, y la cola inflable algo así como un fuelle de cuero. Cabe señalar que además de la cruz procesional, Oderico menciona tanto los estandartes como las reliquias como parte del aparato procesional. En la época medieval, se consideraba especialmente importante llevar las reliquias en procesión; Tanto es así que, por ejemplo, una rúbrica del Misal Sarum prescribe que se lleve un féretro con reliquias incluso en la procesión del Domingo de Ramos. Un féretro típico para estas procesiones se muestra en la esquina inferior derecha de esta página del famoso Libro de Horas conocido como Très Riches Heures du duc de Berry.



Fuentes: NLM - ALM

miércoles, 21 de abril de 2021

Durísimas declaraciones del Arzobispo Carlo Maria Viganò (ayer 20/4/21)

Declaración del Arzobispo Carlo Maria Viganò sobre la Quinta Conferencia Internacional del Vaticano (20 de abril de 2021)


Del 6 al 8 de mayo de 2021, tendrá lugar la quinta Conferencia Vaticana Internacional, titulada Explorando la mente, el cuerpo y el alma. Unirse para prevenir y unir para curar. Una iniciativa mundial de atención de la salud: cómo la innovación y los nuevos sistemas de prestación de servicios mejoran la salud humana . El evento está organizado por el Pontificio Consejo para la Cultura, la Fundación Cura, la Fundación Ciencia y Fe y Stem for Life.

Michael Haynes de LifeSiteNews ha informado ( aquí ) sobre los temas a tratar y los participantes, incluido el infame Anthony Fauci, cuyos escandalosos conflictos de intereses no le impidieron hacerse cargo de la gestión de la pandemia en Estados Unidos; Chelsea Clinton, seguidora de la Iglesia de Satanás y defensora acérrima del aborto; el gurú de la Nueva Era Deepak Chopra; Dame Jane Goodall, ambientalista y experta en chimpancés; los directores ejecutivos de Pfizer y Moderna; representantes de Big Tech; y una gran cantidad de abortistas, maltusianos y globalistas conocidos por el público en general. La conferencia ha reclutado a cinco destacados periodistas para que sean moderadores, que pertenecen exclusivamente a medios de comunicación de izquierda como CNN, MSNBC, CBS y Forbes.

Esta Conferencia, junto con el Consejo para el Capitalismo Inclusivo de Lynn Forester de Rothschild, el Pacto Mundial sobre Educación y el Panteón interreligioso que se celebrará en junio en Astana, Kazajstán, es la enésima confirmación escandalosa de una inquietante salida de la Jerarquía, y en particular sus más altos miembros romanos, de la ortodoxia católica. La Santa Sede ha renunciado deliberadamente a la misión sobrenatural de la Iglesia, haciéndose sierva del Nuevo Orden Mundial y del globalismo masónico en un contra-magisterio anticristiano. Los mismos Dicasterios Romanos, ocupados por personas ideológicamente alineadas con Jorge Mario Bergoglio y protegidos y promovidos por él, continúan ahora desenfrenados en su implacable labor de demoler la Fe, la Moral, la disciplina eclesiástica y la vida monástica y religiosa. en un esfuerzo tan vano como sin precedentes para transformar a la Esposa de Cristo en una asociación filantrópica esclavizada por los Poderes Fuertes. El resultado es la superposición sobre la verdadera Iglesia de una secta de modernistas herejes y depravados que intentan legitimar el adulterio, la sodomía, el aborto, la eutanasia, la idolatría y cualquier perversión del intelecto y la voluntad. La verdadera Iglesia es ahora eclipsada, negada y desacreditada por sus mismos Pastores, traicionada incluso por quien ocupa el Trono más alto.

El hecho de que la iglesia profunda haya logrado elegir a su propio miembro para llevar a cabo este plan infernal de acuerdo con el estado profundo ya no es una mera sospecha, sino un fenómeno sobre el que ahora es imprescindible cuestionar y esclarecer. . La sumisión de la Cathedra veritatis a los intereses de la élite masónica se manifiesta en todas sus evidencias, en el silencio ensordecedor de los Sagrados Pastores y en el desconcierto del Pueblo de Dios, abandonado a sí mismo.

Más demostración de esta libido serviendi degenerada del Vaticano hacia la ideología globalista es la elección de los oradores para dar testimonios y conferencias: partidarios del aborto, del uso de material fetal en la investigación, del declive demográfico, de la agenda pan-sexual LGBT y, por último, pero no menos importante, de la narrativa de Covid y las llamadas vacunas. El cardenal Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, es sin duda uno de los principales representantes de la Iglesia profunda y del progresismo modernista, así como un defensor del diálogo con la infame secta masónica y un promotor del famoso Patio de los Gentiles. Por lo tanto, no es de extrañar que entre los organizadores del evento se encuentre la Fundación Stem for Life, que se define con orgullo como “no sectaria, no partidista".

En una inspección más cercana, el sectarismo y el partidismo de la Conferencia Vaticana se hacen evidentes por el tema que aborda, las conclusiones que busca sacar, sus participantes y sus patrocinadores. Incluso la imagen elegida para promocionar la Conferencia es extremadamente elocuente: un primer plano del fresco de la Creación de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina, en el que la mano de Dios Padre se extiende hacia la mano de Adán, pero con ambas manos cubiertas por desechables guantes quirúrgicos, recordando las regulaciones de la nueva “liturgia de la salud” e implicando que incluso el Señor mismo podría propagar el virus.

En esta representación sacrílega, el orden de la Creación se subvierte en la anti-creación terapéutica, en la que el hombre se salva a sí mismo y se convierte en el loco autor de la “redención” de su propia salud. En lugar de la fuente purificadora del Bautismo, la religión Covid propone la vacuna, portadora de discapacidades y muerte, como único medio de salvación. En lugar de Fe en la Revelación de Dios, encontramos la superstición y el asentimiento irracional a preceptos que no tienen nada de científico, con ritos y liturgias que imitan la verdadera Religión en una parodia sacrílega.

Esta elección de imágenes tiene un tono aberrante y blasfemo, porque utiliza una imagen conocida y evocadora para insinuar y promover una narrativa falsa y tendenciosa que dice que en presencia de una gripe estacional, cuyo virus aún no ha sido aislado según los postulados de Koch ( aquí) y que puedan curarse eficazmente con los tratamientos existentes, es necesario administrar vacunas que se admitan ineficaces y que aún se encuentran en fase de experimentación, con efectos secundarios desconocidos, y cuyos productores hayan obtenido un escudo criminal de inmunidad para sus distribución. Las víctimas inmoladas en el altar de la salud Moloch, desde niños desmembrados en el tercer mes de embarazo para producir el suero genético hasta las miles de personas que han sido asesinadas o mutiladas, no paran la máquina infernal de Big Pharma, y es de temer que se produzca un resurgimiento del fenómeno en los próximos meses.

Cabe preguntarse si el celo de Bergoglio por la difusión del suero genético no está motivado también por razones económicas de base, como compensación por las pérdidas sufridas por el Vaticano y las Diócesis tras el cierre y el colapso de la asistencia de los fieles a la Misa y los Sacramentos. Por otro lado, si el silencio de Roma sobre la violación de los derechos humanos y religiosos en China ha sido pagado por la dictadura de Beijing con prebendas sustanciales, nada impide la replicación de este esquema a gran escala a cambio de la promoción de las vacunas por parte del Vaticano. .

Evidentemente, la Conferencia tendrá mucho cuidado de no mencionar ni siquiera indirectamente la enseñanza perenne del Magisterio sobre cuestiones morales y doctrinales de la mayor importancia. Por el contrario, la aduladora alabanza de la mentalidad mundana y la ideología imperante será la única voz, junto con el amorfo repertorio ecuménico inspirado en la Nueva Era.

Observo que en 2003 el mismo Pontificio Consejo para la Cultura condenó la meditación del yoga y, de manera más general, el pensamiento de la Nueva Era como incompatible con la fe católica. Según el documento del Vaticano , el pensamiento de la Nueva Era “ comparte con varios grupos de influencia internacional el objetivo de reemplazar o trascender religiones particulares para crear un espacio para una religión universal que pueda unir a la humanidad. Estrechamente relacionado con esto está un esfuerzo muy concertado por parte de muchas instituciones para inventar una Ética Global , un marco ético que reflejaría la naturaleza global de la cultura, la economía y la política contemporáneas. Además, la politización de las cuestiones ecológicas ciertamente influye en toda la cuestión de la hipótesis de Gaia o el culto a la madre tierra.”(2,5). Huelga decir que las ceremonias paganas con las que se profanó la Basílica de San Pedro en honor al ídolo de la pachamama encajan perfectamente en esa “politización de las cuestiones ecológicas” denunciada por el documento vaticano de 2003, y que hoy, en cambio, es promovida sine glossa por el llamado magisterio bergogliano, comenzando por Laudato Sì y Fratelli Tutti .

En La Salette, Nuestra Señora nos advirtió: "Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del Anticristo". No será la Santa Iglesia, indefectible por las promesas de Cristo, la que perderá la Fe: será la secta que ocupará la Sede de Santísimo Pedro y que hoy vemos propagando el anti-evangelio del Nuevo Orden Mundial. Ya no es posible callar, porque hoy nuestro silencio nos haría cómplices de los enemigos de Dios y del género humano. Millones de fieles están disgustados por los innumerables escándalos de los pastores, por la traición a su misión, por la deserción de aquellos que por las órdenes sagradas están llamados a dar testimonio del Santo Evangelio y no a apoyar el establecimiento del reino del Anticristo. .

Ruego a mis Hermanos en el Episcopado, sacerdotes, religiosos y, en particular, a los fieles laicos que se ven traicionados por la Jerarquía, que alcen la voz para expresar con espíritu de verdadera obediencia a Nuestro Señor, Cabeza de la Iglesia, Cuerpo Místico, la denuncia firme y valiente de esta apostasía y de sus autores. Los invito a todos a rezar para que la Divina Majestad se conmueva e intervenga en nuestra ayuda. Que la Santísima Virgen, terribilis ut castrorum acies ordinata , interceda ante el Trono de Dios, compensando con sus méritos la indignidad de sus hijos que la invocan con el glorioso título de Auxilium Christianorum .

+ Carlo Maria Viganò, arzobispo

20 de abril de 2021

Martes durante la semana 2ª después de la Octava de Pascua

martes, 20 de abril de 2021

En la Caña o Tricirio (La vela triple)

Intro S.I.M.: Como continuación del post Un Sábado de Gloria por la mañana, en el que resaltábamos detalles del sábado de la Semana Santa anterior a 1955, ahora vamos por un instrumento litúrgico usado en aquellas Vigilias. Nos referimos a lo que por aquí se conoce por "Tricirio"  (o caña provista en la punta de tres cirios). Decían los misales devocionales que "el vulgo llama a estas tres velas de la caña las "Tres Marías", creyendo que representaban a las tres piadosas mujeres que fueron a visitar el sepulcro el Domingo temprano, pero no es así, sino que representan a la Santísima Trinidad, por lo que mandan las rúbricas que, para que esté mejor simbolizado la Trinidad en la Unidad, y viceversa, estén los tres cirios fundidos en uno, por su parte inferior". 
Desde institutos Ecclesia Dei o Summuorum Pontificum están usando actualmente la Semana Santa pre Bugnini (y pre Pio XII), pidiendo indultos al principio, y dándolos por hecho en los últimos años. 
Institutos "cassasiacum" como el IMBC también siguen la liturgia de semana santa como con san Pío X. Dicen desobedecer una ley legítima de Pío XII por epiqueya, en la creencia de que si ese Papa hubiese visto en que terminaron los cambios litúrgicos empezados allí, no los hubiera iniciado. Y es un buen razonamiento. 
¿Y la FSSPX lo hace? Buena cosa sería que usara todos los ritos y breviarios pre bugninianos. 
Por nuestra parte hemos agregado a nuestros "Sites" recomendados de la barra de la derecha varias webs, entre ellas dos que son del tema de este post: Restore the 54 y Semana Santa Pre-1955
Al final del post colocaremos un video con una filmación de gran calidad de una Vigilia Pascual de un Sábado de Gloria (ritos pre-1955). 
Vamos con nuestra traducción de la nota sobre el Tricirio: 


(Tribu Shawn, Liturgical Arts Journal) - Uno de los elementos 'perdidos' de los ritos tradicionales de Semana Santa es la vela triple conocida más comúnmente como "caña", aunque también conocida como tricirio, triangulum o lumen Christi . Con el creciente interés que está teniendo lugar en torno a la historia y el simbolismo de estos ritos tradicionales, y sus elementos litúrgicos relacionados, parece un buen momento para observar este objeto y su uso litúrgico e historia más de cerca.

Forma de la caña

En términos de su construcción básica, la caña toma la forma similar a un "tridente", siendo tres velas en un bastón. La Enciclopedia Católica ofrece el siguiente comentario:

Tanto las rúbricas del Misal como el "Caeremoniale Episcoporum" parecen asumir que el llamado candelero triple no es un mueble permanente, sino simplemente un arreglo de tres velas unidas temporalmente a una caña o varita; como una caña, por ejemplo, como la que usan los acólitos para encender las velas. " Praeparetur arundo cum tribus candelis in summitate positis " (Caer. Epis., II, xxvii, I ). En la práctica, sin embargo, a menudo encontramos un candelabro de latón construido a tal efecto con un mango largo. Barbier de Montault ( Traité pratique, ete., II, 311 ) infiere de la redacción de la rúbrica del Misal ( arundo cum tribus candelis in summitate illius triangulo) que una de las tres velas debe estar más alta que la otra, de modo que las tres llamas puedan formar un triángulo en el plano vertical.

Aquí hay una imagen contemporánea de una caña:

Ss. Trinita Dei Pellegrini, Roma

Uso litúrgico de la caña

En términos de su uso litúrgico, la caña se usa durante el inicio de la Vigilia Pascual. A medida que avanza hacia el altar, cada vela se enciende sucesivamente y el diácono canta el "Lumen Christi". Una imagen de esto se puede ver en una vidriera que se encuentra en la iglesia de San Miguel y la Sagrada Familia, Kesgrave:


P. Herbert Thurston, SJ en su trabajo, Cuaresma y Semana Santa , describe la ceremonia en consecuencia:

Cuando el fuego ha sido encendido y bendecido, el incensario lleno de brasas, los granos de incienso para el cirio pascual también bendecidos, y una vela encendida con la llama nueva, se forma una pequeña procesión que sube por la iglesia ...

Luego el diácono, poniéndose una dalmática blanca, toma una vara con tres velas fijadas en la parte superior. El turífero va primero con un acólito, llevando en un plato los cinco granos de incienso; le sigue el subdiácono con la cruz, y el clero en orden; luego el diácono con el cirio triple, y por último el sacerdote. Cuando el diácono entra en la iglesia, un acólito, que lleva una vela encendida con el fuego nuevo, enciende una de las tres velas en la parte superior de la vara, y el diácono, sosteniendo la vara, se arrodilla, al igual que todos los demás. descansa excepto el subdiácono, y canta solo:

V. Lumen Christi. V. He aquí la luz de Cristo.
R. Deo gratias. R. Gracias a Dios.

Por simple que sea todo esto, hay algo muy llamativo en la escena cuando la procesión pasa por el pasillo. El contraste de la dalmática blanca con las vestiduras púrpuras, el fuego nuevo, las palabras cantadas que parecen hablar de esperanza y consuelo, todas estas cosas dejan una impresión como la de la luz gris del amanecer despuntando después de un largo período de oscuridad. Tres veces la procesión se detiene, el diácono repite el Lumen Christi cada vez en un tono más alto, hasta que se encienden las tres velas de la caña.
Ilustración de Bernard Picart, Illustrations de Cèrèmonies et Coutumes religieuses de tous les peuples du monde , vol. 2, Amsterdam, 1723, pág. 46. ​​Vía  Histgüeb .  

En su obra, Las Ceremonias de la Semana Santa en la Capilla Papal del Vaticano, Francesco Cancellieri describe los mismos ritos para las ceremonias papales de la vigilia pascual:

Procesión a la Sixtina

La procesión avanza precedida por los maceros y dos acólitos. El Subdiácono lleva la Cruz, el Diácono el Tricirio [caña] que contiene tres velas en la parte superior. Un maestro de ceremonias está a su mano izquierda, sosteniendo una pequeña vela encendida con el fuego recién bendecido.

Al llegar a la barandilla de hierro el Diácono baja el Tricirio, y el Maestro de Ceremonias enciende una de las tres velas: todos se arrodillan menos el subdiácono que canta Lumen Christi y el coro que se levanta responde Deo gratias.

Habiendo entrado el diácono en la capilla, la segunda vela se enciende de la misma manera y con las mismas ceremonias que la primera; Se canta el Lumen Christi y al llegar al trono se enciende la tercera vela y se realiza la misma ceremonia.

 Aquí hay algunas imágenes de este fin de semana pasado que muestran esta progresión que tiene lugar, comenzando con la luz apagada.


ICRSP Gricigliano

FSSP Minneapolis, Iglesia de Todos los Santos

FSSP Minneapolis, Iglesia de Todos los Santos

ICRSP Gricigliano

ICRSP Gricigliano

Historia de la caña

Sobre el tema de los orígenes y la historia de la caña, Thurston continúa:

Esta vela triple que brota de un solo tallo parece ser una importación relativamente tardía en las ceremonias del día. Oímos hablar de ella por primera vez en las Ordinas Romanas s. XII y XIV, y difícilmente puede ser anterior al siglo XII. Se dice que el rito fue diseñado para simbolizar la distinción de las Personas en la Santísima Trinidad, una distinción tan recordada a la fuerza en la fórmula del Bautismo, pero esta explicación sin duda fue inventada después del hecho. Es posible que el cirio triple esté relacionado de alguna manera con el cirio que lleva sobre una caña, del que oímos el Jueves Santo en el primer Ordo Romano; y un pasaje en la Concordia Regularis inglesa sugiere que la forma triple puede haber resultado de una antigua costumbre de procurar un nuevo fuego en tres días distintos. Pero la verdadera explicación probablemente se encuentre en el deseo de prevenir la posible emergencia del precioso fuego, recién encendido y bendecido, que se extingue por una repentina ráfaga de viento. La miniatura de Exsultet esbozada toscamente ... más adelante, muestra una caña con una llama de vela doble, y el Consuetudinario de Sarum (c. 1210), dice: ' Deja que la vela sobre la caña [o más bien lanza (hasta) tenía una -cabeza en forma de punta y una punta afilada] se enciende, y se enciende otra vela al mismo tiempo, de modo que la vela de la caña pueda volver a encenderse si llega a apagarse '. 

La miniatura de la que habla Thurston es esta, que muestra también otro elemento en uso del que hablamos recientemente, el rollo del Exsultet:


Los lectores podrían haber tomado nota de la descripción anterior de una "cabeza con forma de serpiente". Este parece ser un ejemplo de este tipo, que se encuentra en la Catedral de Sigüenza:


Aquí hay otro similar, también encontrado en España, que fue restaurado:



Como punto de comparación. Aquí hay dos tipos diferentes de diseño para la caña, uno al lado del otro. A la izquierda, la forma más común. A la derecha, la forma serpentina.
(Fuente de la foto:  Histgüeb  /  CC BY )

Otra variante de esta forma serpentina de caña también muestra el cuerpo de una serpiente enrollado alrededor del bastón de la caña que termina, sin embargo, con una cabeza humana:


El Museo de la Catedral de Sagovia, España, también conserva un ejemplo de este tipo:


El significado de este simbolismo es una cuestión de especulación, por supuesto. Con respecto a lo que se muestra inmediatamente arriba, se especula que la serpiente es la del Libro del Génesis con la cabeza siendo la de Eva, viniendo con referencia a la caída de Adán y Eva en la cual el pecado y la muerte fueron introducidos al mundo, pero que Cristo, el Nuevo Adán, vencería con su muerte y resurrección.

Con respecto a la versión de la serpiente completa, algunos teorizan que tal vez esto viene con referencia al Desgarrador del Infierno en el que Cristo, como dice el Credo, descendió al Infierno y liberó a los Justos que habían ido antes que él; la luz vence a las tinieblas, la Resurrección triunfa sobre la muerte. Esto se alinea con la Vigilia Pascual y el tema de la Resurrección y la Luz de Cristo. Estas imágenes también ciertamente se alinean con una tradición que se encuentra en el arte occidental que a menudo representa este mismo evento al mostrar a Cristo extrayendo a estos justos de las bocas de una gran serpiente / dragón.



Cuán universal era esta imagen de serpiente en relación con la caña no está claro en el momento de escribir esto. En cualquiera de estos dos casos, sin embargo, el tema común es el de Cristo triunfando sobre el pecado y la muerte.

Me gustaría enfatizar que la cuestión del significado de este simbolismo específico, como el simbolismo de la vela triple en sí, es bastante especulativa. Sin embargo, cualesquiera que sean los orígenes prácticos o simbólicos de la caña, parece muy claro que se trata de un elemento litúrgico que puede traer consigo varios significados que se vinculan ricamente con la liturgia de la Pascua y las realidades teológicas y doctrinales de la misma. En ese sentido, es ciertamente un elemento de continuo valor simbólico litúrgico y potencialidades catequéticas.

Lo siguiente es una Vigilia Pascual de Sábado de Gloria (pre-1955). Filmación de gran calidad:

domingo, 18 de abril de 2021

Domingo del Buen Pastor 2021

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. Pero el asalariado, y el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye; y el lobo arrebata y dispersa las ovejas; y el asalariado huye, porque es un asalariado, y no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen pastor; y yo conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre, y doy mi vida por mis ovejas. (Juan X, 11 ss.). 

El Buen Pastor, de Bartolomé Esteban Murillo (1617-82), ca. 1660; Museo del Prado, Madrid. El edificio clásico en ruinas en el fondo de la izquierda representa el mundo caído  renovado por Cristo; el rebaño de la derecha alude a las 99 ovejas que deja el pastor para buscar a la descarriada (Mateo 18, 12-13). El Niño Jesús viste una prenda púrpura, el color de la realeza, para indicar Su divinidad, y una piel áspera en marrón sobre ella, para indicar Su humillación de Sí mismo en la Encarnación. (Imagen de dominio público de Wikimedia Commons ). 

Habéis oído, amados hermanos, en la lección evangélica una enseñanza que os va dirigida; habéis visto también a qué prueba estamos sometidos vuestros pastores. Aquel que es bueno, no por una gracia accidental, sino esencialmente, dice: Yo soy el buen pastor. Y luego, dándonos el modelo de bondad que debemos imitar, añade estas palabras: El buen pastor da su vida por sus ovejas. Él hizo lo que enseñó, practicó lo que había mandado. El buen pastor dio su vida por sus ovejas, para convertir, en el sacramento de la Eucaristía, su cuerpo y su sangre en alimento, saciando las ovejas que había redimido con su propia sangre.

Nos ha mostrado el camino que debemos seguir, despreciando la muerte; nos ha mostrado el ejemplar según el cual debemos modelarnos. Lo primero que nos exige es que demos misericordiosamente nuestros bienes externos por sus ovejas; y lo segundo, que, si es necesario, demos también nuestra vida. Por lo primero, que es más fácil, se llega a lo segundo, que es más difícil. Ahora bien, siendo incomparablemente mayor el alma, por la cual vivimos, que la sustancia terrena que poseemos exteriormente, el que no da sus bienes por sus ovejas, ¿cómo dará por ellas su vida?

Son muchos los que, amando más los bienes de la tierra que sus ovejas, pierden merecidamente el nombre de pastor: “El mercenario, y el que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, viendo venir al lobo desampara las ovejas y huye”. Se llama mercenario y no pastor el que no por un amor sincero, sino por la recompensa temporal apacienta las ovejas del Señor. Es mercenario todo aquel que, si bien tiene el lugar de pastor, no busca el bien de las almas, sino que anhela las terrenas comodidades, se goza con el honor de la prelatura, nutriéndose con las ganancias temporales, y alegrándose con la reverencia de los hombres.

(Homilía de San Gregorio, Papa - Breviario Romano)

jueves, 15 de abril de 2021

Beato Lorenzino Sossio de Marostica, Mártir asesinado por los judíos

Republicado

En honor del Beato Lorenzino mártir, asesinado por judíos por odio a la fe cristiana



Beato Lorencito Sossio de Marostica, Mártir (1480-1485).

Beatus Laurentinus Sossius Marosticensis, Martyr (1480-1485).

Diócesis de Vicenza (Italia).

Este niño de cinco años fue víctima de un infanticidio ritual atribuido a los hebreos de Bassano y tal acusación llevó a la expulsión de los hebreos de Vicenza y de su territorio, decretada por el Dux (Lider) Marco Barbarino el 21 de abril de 1486.

Oración

"Oh Dios, restaurador de la inocencia, por cuyo nombre, el Beato inocente Lorenzo fue masacrado por los pérfidos judíos con el suplicio de una muerte cruel, concédenos, Te rogamos, que por la intercesión de Sus méritos, después de esta vida, podamos alcanzar la Patria celestial" (Oración de la Santa Misa).





La historia milagrosa del beato Lorenzino

El Beato Lorenzo Sossio (o Fossa o Fosser o De Lorenzoni) nació en la localidad de Valrovina (fracción de Bassano del Grappa) en 1480. Su padre, Giorgio Sossio, soldado de la Serenísima República Veneciana, después de una sola noche de matrimonio, fue obligado a partir a la guerra; regresando nueve meses después encontró a su mujer, María dei Rosa, con un neoanto de apenas diez días en sus brazos. Creyéndose traicionado y ciego de improvisa celosía, desenvainó la espada y amenazó con matar a su esposa, que, devota de la Santísima Virgen, invocó protección en el peligro. Y he aquí el primer milagro: el infante de solos diez días se interpuso, aferró con sus manos la espada del padre, y le dijo: “Detente, padre mío, yo soy tu hijo”.

Cinco años después, el 5 de Abril de 1485, este niño de preclaras gracias, fue llevado a una localidad aislada (Caluga) por algunos individuos (judíos), que lo traspasaron con largos clavos de hierro para extraer su sangre y lo circuncidaron; cumplido el malvado crimen fueron acompañados por un eremita mientras se alejaban del sitio luego de haber intentado ocultar el cadáver bajo un montón de piedras; no obstante todos sus esfuerzos, siempre quedaba aún descubierta cualquier parte del cuerpo ensangrentado.

Dada la alarma, entre la angustia de sus padres, le fue dada una primera sepultura en la tierra, supuesto que que, prudentemente, no daba entonces por descontado el tratarse del martirio. Pero, en la noche, el cuerpo del pequeño Beato emanaba rayos de luz y perfume de flores fragantes mientras que de la tierra surgía el bracito con la mano derecha levantada hacia el cielo; eventos que maravillaron a la población y a las autoridades.

Se decidió por tanto darle sepultura en la iglesia. Pero habiendo surgido una disputa entre los habitantes de Bassano y los de Marostica, donde se encontraron los despojos, se acordó colocar el pequeño ataúd sobre un carro, tirado por dos novillas y dejar que fuese la Providencia quien indicase con alguna señal especial la ciudad escogida. A la altura de la encrucijada entre Bassano y Marostica las novillas espontáneamente se dirigieron hacia Marostica, deteniéndose solamente al llegar a la escalinata que hoy conduce al convento de San Sebastián y donde un capitel recorda al beato inocente.



En torno a las reliquias incorruptas del Beato, florecieron enseguida gracias y milagros; especialmente las uñas de las manos y de los pies y los cabellos rubios del pequeño Mártir continuaron creciendo por años, hasta cuando la madre, única que tenía el privilegio de cortárselos, y que entonces había quedado viuda, no se volvió a casar.

Después de diversas traslaciones, a causa de las supresiones napoleónicas, los restos del Beato Lorenzino encontraron reposo en la actual iglesia parroquial de Santa María de la Asunción. Durante el último conflicto mundial, por manos del párroco Don Casto Poletto, los marosticenses hicieron voto solemne de erigir en su honor una capilla si su ciudad escapaba de la destrucción. Atendidos, los marosticenses cumplieron su voto inaugurando solemnísimamente la construcción, en Abril de 1947, en presencia de los obispos de Reggio Emilia (Mons. Socche) y de Vicenza (Mons. C. Zinato).


Las fuentes históricas más antiguas

El processo contra los responsables fue muy lejos y las actas fueron sin embargo quemados en el incendio de la Torre de Marostica de 1509; que las autoridades venecianas consideraron como cierta la matriz hebraica en odio a la fe cristiana, análogamente a episodios similares de homicidio ritual que ya habían sucedido en otros lugares (el caso del Beato Simón en Trento, el del Beato Andrés de Rinn cerca a Bressanone, el del Beato Sebastián en Portobuffolé cerca a Treviso, todos a breve distancia de tiempo) es confirmado por el bando de expulsión que en 1489 golpeó a los judíos de Vemecia, aparte de las consuetudinarias usuras, también por el asesinato del pequeño Lorenzo. Marino Sanuto el Joven, historiador de la República, en sus Diárii, anota en el 28 de Abril de 1500 deberse buscar a un Marcuccio, judío prestamista de Bassano, como determinador del delito, agregando: “e se si prendesse uno Marcuzzo, zudeo, si saperia qualcosa”.
   
En 1488 el Obispo Pietro Barozzi llega a Marostica: prudentemente, para evitar revueltas antijudías a causa del horrendo delito, que él mismo, en su relación, les atribuye, prohíbe el culto público, no así el privado, del Mártir y deja la urna sobre el altar, junto a los exvotos, lo que equivale a una tácita aprobación del hecho y de su carácter de verídico; examina el cadáver y observa que está incorrupto y de la estatura de casi tres años; que el niño, del cual es incierto el apellido, estaba circuncidado; nota aparte el fenómeno de las uñas y de los cabellos, que le parece todavía un evento natural.

También el Senador veneciano Flaminio Cornaro y el obispo regente Mons. Pietro Bruti, mencionan el suceso del niño de Valrovina. El padre Francesco Barbarano en 1652 transcribe de documentos originales conservados en el monasterio de San Sebastiáno en Marostica y que se remontan al año 1487, las numerosísimas gracias debidas a la intercesión del Beato Lorenzino, con indicación de los beneficiarios de los milagros, de los testigos y de los respectivos lugares de proveniencia. Las fuentes sucesivas, una tras otra, no hacen sino confirmar y acrecentar la fama de santidad.

     
El culto ab immemorábili prestado al Beato y el pronunciamiento de las supremas autoridades eclesiásticas

El Beato Lorenzino recibió por tanto un culto inmemorial, ultracentenario antes de 1634, como es pedido por los decretos del Papa Urbano VIII, gracias a la ininterrumpida aprobación de los obispos de Padua y de Vicenza bajo los cuales alternativamente fue puesta Marostica. Ininterrumpida, ya que, como se evidencia en el debate del 31 de Agosto de 1867 en Roma, ante la Sagrada Congregación de Ritos, debate que precedió el decreto de la misma Congregación y del Papa Pío IX (5 de Septiembre de 1867) confirmando el culto del Beato Lorenzino, la antigua decisión del obispo Pietro Barozzi de prohibir el culto público en aquel lejano 1488, fue considerada forzada, asumida con el solo objetivo de impedir turbaciones del orden público.
   


En efecto, ya en 1602 el obispo de Padua, Mons. Marco Corner, había introducido en Roma la causa de beatificación, pero la muerte del obispo hizo que la causa fuese interrumpida y en seguida las actas se perdieron, junto con manuscritos, exvotos y cuadros, por un incendio propiciado en un rapto de locura por el sacristán del convento de San Sebastián, donde estaban depositados los originales. Uno solo de estos cuadros arrojados a las llamas documentaba veintidós gracias obtenidas por intercesión del Beato en el espacio de un solo año.
   
Entre los muchos obispos que permitieron el culto del Beato, se anotan el Beato Gregorio Barbarigo y el Card. Carlo Rezzonico, posterior Papa Clemente XIII.
   
En 1867 cupo al Obispo de Vicenza, Mons. Giovanni Antonio Farina, el honor de promover en Roma la causa de confirmación del culto del Mártir Lorenzino, triunfalmente concluida con el citado decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, aprobado por Pío IX.
  
El 5 de Mayo de 1889 el entonces Obispo de Vicenza, Mons. Antonio María de Pol celebró solemnemente la Santa Misa en honor del Beato en la iglesia de Marostica, pronunciando en la ocasión una memorable homilía, en donde llamaba afortunados a los marosticenses: aludiendo al Beato Lorenzino, “vosotros poseéis”, declaraba el Obispo, “un tesoro, envidiado con razón por otras tierras; poseéis una prenda preciosa del amor divino. ¡Ah! Habéis de guardarlo vosotros, vuestros hijos y vuestros nietos dignos de tanto honor y de tanta gloria. Y lo haréis ciertamente, si ponéis todo cuidado en el defender y custodiar inalterada la fe de los antiguos, que es la fe Católica [...]”. Y refiriéndose a la masonería, ya en el poder a través de la revolución francesa y el denominado “Risorgimento”, también en la Italia católica, proseguía: “Lo haréis si con aquella fuerza que viene de Dios y que os intercederá el glorioso Lorenzino, resistís con denuedo a las falsas doctrinas de los secuaces de la judaica superstición, cualquiera que sea el nombre y la forma que tome hoy en día. [...] Sí, es bueno que lo sepáis de la boca de vuestro Obispo, que una secta perversa continúa actualmente las supersticiones y las impiedades judías, muy probablemente animada, sostenida y en parte engañada por los obstinados descendientes de los crucificadores de Cristo y asesinos de nuestro Lorenzino; secta de hombres réprobos, que aspiran no tanto a matar a un cristiano, sino a matar al mismo Cristianismo”.
   
En 1885, en ocasión del IV centenario del martirio del Beato Lorenzino, estuvo presente en la solemne funzione, según escribió Don Igino Milan, en su obra Il Beato Lorenzino da Marostica nella storia e nel culto, el mismo Patriarca de Venecia, el Cardenal Domenico Agostini.
  
Entre el 7 y el 9 de Abril de 1910, estando presente el entonces obispo de Vicenza, Mons. Antonio Feruglio, tuvo lugar una de las tantas solemnes traslaciones de la urna del Beato; el mismo prelado en 1908 se congratulaba con el polemista católico Don Ottavio Ronconi, por haber “sabido defender el honor [...] de tres Beatos, uno de los cuales es nuestro Beato Lorenzino de Marostica, rebatiendo victoriosamente las gratuitas insinuaciones donde algunos se esfuerzan en exonerar a los judíos del horrible delito de haber sido sus verdugos”.

  
La Misa propia del Beato, sus reliquias, e iconografía

En 1870 Pío IX, concedió el oficio propio del Beato, en honor de Lorenzino Sossio y a beneficio del clero de Padua y de Vicenza, fijando a 15 de Abril su fiesta litúrgica y la fiesta externa en Marostica el segundo Domingo después de Pascua.
  
El brazo y la mano derecha del Beato se conservan todavía expuestos al culto y a la devoción en un altar lateral de la iglesia de San Ambrosio en Valrovina, lugar de nacimiento de Lorenzino.




En la parroquia de Santa María de la Asunción, en Marostica, permanece la gran capilla lateral en honor de Lorenzino, con su urna y las pinturas (incruenta); la fuerte devoción popular deja todavía flores y velas ante su altar. También en el techo de la parroquial se ve retratado el Beato Lorenzino. Allí permanece hasta el día de hoy la vía que flanquea la iglesia y una escuela materna, hasta 1974 dirigida por monjas. Permanece el capitel en la calle a él dedicada.
  
También en el pueblo natal, Valrovina, la vía principal conserva el nombre del Beato Lorenzino; cuadros (incruentos) que lo representan en la iglesia de San Ambrosio, especialmente en el techo; un templete en el monte de la iglesia está dedicado al pequeño mártir y en él un cuadro recuerda el primer milagro de la palabra, a los solamente diez días de edad.




La Gloria de San Lorenzo Sossio



En Caluga, a orillas del bosque, un capitel se erige en el lugar donde el pequeño Mártir fue sacrificado. Sobre la pared de fondo algunos verdugos hebreos le están martirizando: sus rostros parecen sin embargo raspados a propósito para hacer difícilmente reconocible la escena.


Las infundadas objeciones “científicas” movidas contra el Beato Lorenzino por los anticlericales/masones y modernistas en odio a la fe católica

Infundada la acusación de una psicosis colectiva de delito ritual o de una inmensa conjura antisemita urdida por frailes fanáticos y autoridades eclesiásticas y civiles (verdaderamente prudentísimas, como se ha visto) contra los pobres judíos; infundada la superstición volterriana que ha decidido que los milagros no pueden ni deben existir; infundada, como en su tiempo demostró Mons. Umberto Benigni, la afirmación de que el sacrificio ritual talmúdico (es decir, determinado por la exigencia de buscar sangre cristiana inocente para mezclar con los panes ácimos de la Pascua hebraica) -que por otra parte es cuestión histórica y no ya de fe- habría sido excluido de las bulas de Inocencio IV o por el Cardenal Ganganelli (el cual también lo admite explícitamente en los dos casos de Trento y de Rinn); falso que dicho sacrificio ritual, como demostró en su tiempo La Civiltà Cattolica, deba perpetrarse por fuerza en la Semana Santa, tanto que ninguna relevancia tiene la circunstancia de que el 5 de Abril de 1485, fecha del martirio del Beato Lorenzino, fuese martes después de Pascua y no ya Viernes Santo. Restaría más bien acertar cuándo caía ese año la Pascua judía, también si la sangre para los ácimos, reducida en polvo, podía ser utilizada también en un largo lapso. La cuestión del sacrificio ritual va de todas maneras impuesta correctamente y con justa prudencia y solamente para los judíos observantes de los preceptos talmúdicos, esto es, posbíblicos. Por otra parte las persecuciones desencadenadas contra los católicos por parte de los judíos no constituyen una novedad: piénsese solamente en cuanto debió padecer San Pablo a manos de los israelitas, siendo flagelado y escapado de atentados, el protomártir San Esteban y más. En todo caso, es sobre el terreno religioso y no étnico o racial, y salvando la caridad, que la Iglesia siempre ha impuesto la cuestión judía.

   
Los castigos para quien se burla o blasfema de los Santos del Señor o para los escépticos que quieren complacer al mundo y a los no cristianos

El Beato Bernardino de Feltre, famoso por haber fundado los Montes de Piedad para sustraer al pueblo de la usura practicada por los judíos, muchas veces tuvo que advertirle a los incrédulos que no se burlaran de Dios y poniendo sobreaviso a los Cristianos, como se diría hoy, sobre los peligros del falso ecumenismo y de la impiedad (profetizó lamentablemente a los habitantes de Trento la muerte del Beato Simón, pero no fue escuchado sino cuando la predicción se realizó bajo sus propios ojos). ¿Qué diría hoy de toda una legión de prelados, que han perdido la Fe y que, afligidos de un meaculpismo tanto suicida como históricamente falso y escandaloso para las almas, están dispuestos a todo, incluso vender los propios Santos, como en el caso del inocente Mártir Lorenzino, para no ser odiados del mundo? ¿Qué castigo incomparablemente más grande caerá sobre ellos y sobre los desventurados que los siguen en este camino de impiedad y de apostasía? ¿Cuándo se ha visto en la historia cristiana que los ministros del Señor han cooperado con los enemigos de la Iglesia en la profanación y blasfemia (porque tal cosa es tachar de antisemitismo el culto al Mártir Lorenzino) contra la Iglesia y los Santos? Cierto que, en vista de la inevitable y cierta restauración doctrinal que pondrá fin a esta increíble crisis eclesial que estalló con el Concilio Vaticano II, responde a una secreta pedagogía divina que el mal siga su curso, que se haga más presuntuoso: mayor será el fracaso que producirá su caída, mayor será el bien que recibirán las almas.

   
Los responsables

La Asociación italiana para el estudio de la santidad, de los cultos y de la hagiografía (en italiano AISSCA), la Facultad de Letras y el Instituto de Historia de la Universidad de Verona, el Común de Verona, que han dado el patrocinio, y los bancos veroneses (CariVerona y Banca Popolare) que financian siempre lo que no deben, pero sobre todo la Biblioteca Capitolare y la infaltable (cuando se trata de militar contra la Iglesia Católica) Verona ex-Fedele (18/X/98): un clero infiel, rebajado a pactos con el mundo y mendigo a la puerta de los poderes fuertes, que será el juguete de los anticlericales, hasta que no se levante, retornando al Padre Celestial, por la vía obligada de la perenne doctrina de la Iglesia.



Bibliografía mínima

Decreto que confirma el culto ab immemorábili rendido a Lorenzino Sossio, con aprobación del papa Pío IX. Roma, 1867. Tipografía de la Cámara Apostólica. (Texto en latín) 
Animadversiónes Promotóris Fídei. Respónsio ad animadversiónes. En: Confirmatiónis cultus ab immemorábili témpore prestíti Servo Dei Laurentíno Sossio Mártyri quinquénni Beáto nuncupáto en Acta ex iis decérpta quæ apud Sanctam Sedem gerúntur in compéndium oppórtune redácta et illustráta… Volumen III. Roma, Imprenta Políglota de la S. C. De Propaganda Fide. Eq. Pietro Marietti ejusdem S.C. Socio Administro Edente. 1867.
La Civiltà Cattolica. Vol. VIII. Serie XI. 1881 (págs. 225-231, 344-352, 476-483, 730-738); Vol. IX, 1882 (págs. 107-113, 219-225, 472-479, 605-613, 727-738). Serie de artículos sobre el homicidio ritual talmúdico y sobre el caso del Beato Simón de Trento.
Daniele Pergola (ex Rabino): La necessità del Vangelo ovvero Gesù Cristo e Giuda Iscariotta. Tipografía Editrice G. Candeletti. Turín, 1884.
Homilía en honor del Beato Lorenzino Sossio recitada por S.E. Rev.ma Mons. Antonio Maria de Pol, Obispo de Vicenza el día 5 de Mayo de 1889 en la iglesia arciprestal de Marostica. Tipografía San Giuseppe. Vicenza, 1890.
Il pane di Pesach. En Verona Fedele, 30 de Abril de 1891.
La morale giudaica y La morale giudaica e il mistero del sangue. En La Civiltà Cattolica. Vol. V. Págs. 145-160 y 269-286. Año 1893.
Sac. Ottavio Ronconi: Per l’onore di tre Beati uno dei quali Lorenzino di Marostica. Libreria Editrice Ecclesiastica Giovanni Galla. Vicenza, 1908.
Mons. Giustino Bonaventura Pranaitis: Christiánus in Talmúde Judæórum, sive Rabbínicæ doctrínæ de Christiánis secréta. Imprenta de la Academia Imperial de Ciencias de Petrogrado. Reimpreso por Tuminelli & C. Editori. Con traducción latina e italiana. Roma-Milán, 1939.
Mons. Umberto Benigni: Storia sociale della Chiesa. Vallardi Editore. Vol. IV, Tomo I, págs. 369-387 y Vol. V, págs. 576-587. Milán, 1939.
Don Egidio Milan: Il Beato Lorenzino da Marostica nella storia e nel culto. Tipografía Ars et Religio. Vedelago (Treviso), 1954.
Andrea da Rinn, Beato. Entrada en Bibliothéca Sanctórum. Vol. I, Cols. 1148-1149. Pontificia Universidad Lateranense. Società grafica romana. Roma, 1961.
Don Giuseppe Pavani: San Domenichino Del Val Chierichetto Martire. Abadía San Juan Evangelista (Padres Benedectinos). 3a Edición. Parma, 1963.
Salomone Giuseppe Radzik: Gli ebrei ed il culto del Beato Lorenzino venerato a Marostica ed a Valrovina. Mecanografiado. Venecia, 1985. [Con reservas]
Mons. Francesco Spadafora: Cristianesimo e giudaismo. Edizioni Krinon. Caltanissetta, 1987.


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Desde agerecontra.it vía Non Possumus, traducción Caballero de la Inmaculada. Y otras fuentes.