LAS APARICIONES DEL APÓSTOL
SANTIAGO EN LA CONQUISTA DE AMÉRICA
La transformación de Santiago matamoros en Santiago mataindios se produce al ser invocado por los españoles contra los indios precolombinos. Miguel Rubio Zapata expone que Santiago Apóstol llegó a América como estandarte de las fuerzas colonizadoras y terminó convirtiéndose en protector de los pueblos indígenas. En la actualidad, su imagen, que es la misma desde cuando llegó a estas tierras, resulta querida y venerada en muchos pueblos. Entre los meses de julio y agosto se celebran las fiestas de la Herranza o marcación del ganado, también conocidas como de Santiago, para pedirle al santo que, como dueño de la lluvia, fecunde los pastos y haga reproducir el ganado. Es un santo amigo de profundo arraigo, especialmente entre los campesinos de diferentes regiones.
Apariciones - La investigadora Anna Sulai Capponi (Università degli Studi di Perugia, Italia) tiene una publicación sobre El culto de Santiago: de Matamoros a Mataindios; de patrón de los conquistadores a santo de los indios.
Sostiene que Santiago Apóstol se apareció en América catorce veces. Cuatro en México: en Centla, en lo que hoy es el estado de Tabasco (1519), en Tenochtitlan a Pedro de Alvarado (1520), en la batalla de Tetlán, en Jalisco, a las tropas de Nuño de Guzmán (1530), y en Querétaro durante la conquista de los chichimecas (1531). Muchas fueron las ciudades de América que recibieron su nombre, tales como Santiago de Cuba, Santiago de Chile, Santiago de los Caballeros, en la República Dominicana o en Guatemala, Santiago del Estero en la Argentina, entre otras. En México son muchas las poblaciones que se llaman simplemente Santiago, pero también hay un gran número que se identifica con más precisión con un término local, como es el caso de Santiago Tianguistenco, Santiago Temoaya, Santiago Papasquiaro, Santiago Acahualtepec, Santiago de Querétaro, Santiago de Tepeaca, Santiago Tecali, etc.
En la publicación Las devociones cristianas en México en el cambio de milenio, de Mariano Monterrosa Prado y Leticia Talavera, se recoge que cada vez que Santiago se aparecía en México era para vencer a los indígenas que peleaban contra los españoles e incluso a manera de agradecimiento por parte de los españoles existe un relieve tallado en madera, que fue parte del retablo principal del templo conventual que los franciscanos levantaron en Santiago Tlatelolco. Este retablo fue destruido, pero el relieve se conservó y representa al Apóstol sobre su caballo con un grupo de indígenas que son pisoteados por el equino. Santiago Apóstol o el Mayor, como también se le llama, se muestra como Santiago mataindios, para distinguirlo del Santiago de España, el Santiago matamoros.
Iconografía - En México es frecuente encontrar imágenes que muestran a Santiago a caballo en el momento de matar indígenas, tal es el caso de la escultura del templo de Santiago o el Calvario en Yautepec, estado de Morelos. Así, en la fiesta del 25 de julio se acostumbra en algunos lugares a vestirlo de charro, con camisa, corbata, chaquetín, pantalón con botones de plata, botines, pistola y sombrero galoneado. Así lo hacen en Santiago Temoaya, en el templo de San Martín de Huizquilucan, en el estado de México. Esta costumbre duró hasta hace pocos años en Izúcar de Matamoros, hasta la oposición de Iglesia.
Conocidas como esculturas del “señor Santiago”, quizás la más destacada es una en madera que consta de dos piezas, el caballo y el jinete; este viste como soldado conquistador, que se pueden desmontar. La escultura completa mide más de tres metros de altura.
Conquista - Cuando Hernán Cortés combatía a los indígenas de la Nueva España, el apóstol Santiago se presentó para ayudarle en el momento en que la batalla era incierta. Con su entrada en combate los indios mayas fueron vencidos, si bien es cierto que Bernal Díaz del Castillo se muestra escéptico: “Aquí es donde dice Francisco López de Gómara que salió Francisco de Morla en un caballo rucio picado antes que llegase Cortés con los de a caballo, y que eran los santos apóstoles los señores Santiago o señor san Pedro.”
Moreno Yánez sostiene que hasta el año 1654, la catedral del Cuzco estuvo situada en el Sunturhuasi, donde actualmente se levanta la iglesia del Triunfo, en conmemoración a la victoria de los españoles sobre las tropas de Manco Inca. Según aparece en los estudios de Teresa Gisbert (1980), dos lápidas conmemorativas, fechadas en 1664, testifican la aparición de María y Santiago durante el asedio del ejército incaico a la ex capital del Tahuantinsuyo. Aunque los textos señalan que tanto María como Santiago se aparecieron en el Sunturhuasi, las fuentes más antiguas indican que este ayudó a los españoles en la toma de la fortaleza de Sacsahuamán.
El hecho se produjo el 21 de mayo de 1535, cuando los castellanos, completamente rodeados y la ciudad incendiada, se refugiaron en el Sunturhuasi. Uno de los textos indica: “En este lugar, galpón antes después iglesia, fue donde puso sus plantas María Madre de Dios. Ostentando su poder bajó del cielo a este sitio, dando victoria en feliz batalla de la conquista, derrotando innumerables indios.” La placa referente a Santiago es más significativa: “De este mismo sitio fue visto salir el patrón de las Españas, Santiago Apóstol, a derribar a los bárbaros en la defensa de la predicación evangélica y atónita la idolatría veneró rayo al Hijo del Trueno, rindiendo homenaje al cetro hispánico.”
La leyenda señala como en aquel entonces era conocido que Santiago, apodado Boanerges o Hijo del Trueno, era venerado por los neófitos indígenas como Illapa, dios del Rayo, quien, según Bernabé Cobo, tenía la potestad de hacer llover, enviar granizo y producir tempestades. Quizás una fuerte tormenta salvó a los españoles, fenómeno natural que se aplicó a Illapa-Santiago, como autor del milagro. Desde entonces aparece en tierras andinas la iconografía de “Santiago mata-indios”, que reemplaza al español “Santiago mata-moros”. Al parecer, la primera pintura que se hizo sobre este milagro es anterior a 1560.
Garcilaso de la Vega vio una pintura alusiva sobre una pared de la antigua catedral del Cuzco y la describe en estos términos: “En el hastial de aquel templo que sale a la plaza pintaron al señor Santiago encima de un caballo blanco con su adarga embarazada y la espada en la mano, y la espada era culebreada; tenía muchos indios derrumbados a sus pies muertos y heridos. Los indios viendo esta pintura decían: Un Viracocha como este era el que nos destruía en esta plaza. La pintura dejé viva el año de mil quinientos y sesenta cuando me vine a España”.
Por André Efrén
Fuente: Xacopedia
Visto: Católicos Alerta
Santiago, mi patrono, no te olvides de esta España que tanto te necesita
ResponderEliminarSi estuvo en España, es natural que en la epopeya de la Conquista estuviera también, pero no lo sabía, gracias.
ResponderEliminarAhora en España le ponen flores a los pies de la imagen para tapar las cabezas cortadas de los musulmanes moros, no vaya a ser que el glorioso Apóstol contradiga la abyección vedosiana del diálogo interrecontra-irreligioso del conciliábulo.
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