Los sacerdotes adoradores de Baal se habían congregado en lo alto de la colina para clamar al espíritu primitivo del nuevo orden.
Mientras le ofrecían holocaustos de cortesía, maquinaban persuadir a todos los devotos seguidores del Dios que se proclama Único, a aquellos de inmemorial permanencia en la colina.
Y pretendieron que se llevarían todos los corazones hacia Baal, para que le obedecieran en todo.
A ellos mismos algo les resultaba extraño pero estaban endurecidos por años de haber renunciado a aquel dios-que-se-dice-único y de adorar a Baal, el espíritu tribal del nuevo orden.
Lo que no contaban los sacerdotes era con la actitud de los fervientes fieles, esos adoradores del Dios único que no se sometían a los sacerdotes en “doblar las rodillas ante Baal”.
Y que resistieron todos los atropellos de los sacerdotes que les hicieron durante décadas.
Algunos ya enervados un día de octubre tomaron bravura y también a los ídolos de Baal de noche de un templo de la colina y los arrojaron al río.
Festejaron todos los adormilados verdaderos fieles del mundo; los sacerdotes y secuaces, rechinaban de odio.
Todos los fieles del Dios Único se consideraron capaces de idear cosas: sintieron una santa ira tan fuerte como nunca antes por tantos años de verse obligados a convivir con la idolatría, sintieron el espíritu de Elías profeta:
“Al ver esto, todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y dijo:
"¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!".
“Elías les dijo: "¡Agarren a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno!".
“Ellos los agarraron: Elías los hizo bajar al torrente Quisón y allí los degolló”.
“Él tuvo miedo, y partió en seguida para salvar su vida. Allí, entró en la gruta y pasó la noche”.
“Entonces le fue dirigida la palabra del Señor. El Señor le dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?".
“Él respondió: "Me consumo de celo por el Señor, el Dios de los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a tus profetas con la espada. He quedado yo solo y tratan de quitarme la vida".
“El Señor le dijo: "Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor".
(...)
“Pero yo preservaré en Israel un resto de siete mil hombres: todas las rodillas que no se doblaron ante Baal y todas las bocas que no lo besaron". (I Reyes)
SIM
Eso mismo deberían haber hecho con el promiscuo heresiarca kwojyla.
ResponderEliminarjovitaponce32
ResponderEliminarHace 3 horas
Le llegó este video que bueno. Quedamos todos mundos. Es lo más horrible que he visto en un vídeo en fieles. Porque es con el cuerpo y sangre del Señor. No tiene nombre. Y bueno son argentinos el pueblo de la soberbia lo llamo Nuestra Madre Santísima.
https://www.youtube.com/watch?v=PmRkC6ywuTQ
QUE HIJA DE PUTAS DECIR ESO...