viernes, 6 de diciembre de 2019

LA BOFETADA DE SAN NICOLÁS

Decíamos ayer...   (Reposteado del 6 de diciembre de 2009 con reformas)

San Nicolás


Hay una historia de San Nicolás, obispo de Myra -cuyos restos descansan en Bari- que no suele estar en las hagiografías oficiales, pero que goza de una tradición oral de cierta firmeza. 

Se trata de cuando San Nicolás participó del Concilio de Nicea en el año 325.

La Cristiandad aún se recuperaba de las recientes persecuciones y estaba comenzando la etapa de paz, a partir del emperador Constantino.

Este mismo, para zanjar la cuestión –muy problemática- del arrianismo, que negaba la divinidad de Cristo- convocó o facilitó la convocatoria al Concilio.

Durante los debates, cuando San Nicolás escuchó las blasfemias proferidas por el hebreo hereje Arrio, se indignó tanto que le dio una bofetada delante de todos.

La Cachetada

Algunos obispos quisieron expulsarlo del Concilio por su conducta.

Sin embargo, ellos mismos tuvieron una visión: Nuestro Señor Jesucristo entregándole los Santos Evangelios a San Nicolás, y la Virgen María cubriéndolo con su velo.

Allí muchos comprendieron la perversidad del arrianismo. 

El Concilio entonces compuso el Símbolo de la Fe, exponiendo magistralmente la sana doctrina.

Otra versión del mismo hecho dice que por su conducta (la cachetada), Nicolás fue llevado ante Constantino, quien determinó que eran los obispos quienes debían decidir qué castigo se aplicaría a Nicolás.

Así, le quitaron sus vestimentas obispales y le encerraron en la cárcel. Esa misma noche, Nicolás tuvo una visión en la que Jesús le entregaba las Escrituras y María le devolvía sus vestimentas. Al día siguiente, cuando el carcelero fue a llevarle la comida, vio a Nicolás leyendo las Escrituras, vestido como un obispo.

El Concilio

Al enterarse, Constantino exigió que lo liberaran. Eventualmente, el concilio terminó dándole la razón a Nicolás, decidiendo así la cuestión contra Arrio, y redactando el que hoy conocemos como el Credo Niceno-Constantinopolitano.

El gran taumaturgo Nicolás no fue menos que su Maestro al expulsar a los mercaderes del templo.

Hoy, cuando la Iglesia sufre herejías ad intra como nunca antes, cuando pululan “tantos Arrios” ¿Quién se levantará cual nuevo y glorioso obispo Nicolás, y pegará una bofetada de sana doctrina –y de las otras…-?

Encomendamos el tema al santo hoy, 6 de Diciembre, cuando la Iglesia Universal –en el rito romano y en ritos orientales- celebra su fiesta.

SIM

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