lunes, 20 de diciembre de 2021

El momento supremo de la decisión

En continuación con nuestros últimos posts relacionados a la persecución total de Francisco a la Misa de Siempre, el buen blog chileno de la Asociación litúrgica Magníficat ha traducido una extensa publicación del Dr. Peter Kwasniewski aparecido en OnePeterFive. Aquí reproducimos un extracto de la misma con resaltados propios: 

El momento supremo de la decisión, por cortesía de la Congregación para el Culto Divino
Peter Kwasniewski


¡Queremos la Misa!
(Foto: Le Monde)

 Incluso con anterioridad al día de hoy, no fue nunca difícil darse cuenta de que los oponentes, en el Vaticano, de los ritos litúrgicos tradicionales de la Iglesia de Roma, están movidos por una animosidad contra la Tradición totalmente incompatible con la fe católica, y por una animosidad contra los fieles que adhieren a la Tradición, que es totalmente contraria a la caridad y al muy esgrimido deseo de “unidad” y “comunión” (a pesar del tributo, que se paga de la boca para afuera, a la “diversidad” y las “periferias” y las “minorías”, lo que constituye el típico modus operandi de los hipócritas). 

Con todo, la publicación de un documento como éste -tan lleno de malicia, de pequeñez, de odio y de crueldad, y tan lleno de mentiras- exactamente una semana antes de la gran fiesta del Nacimiento de Cristo, prueba, con más elocuencia que ningún otro gesto, que nos enfrentamos a una mafia de hampones que se han alzado contra nuestro bien espiritual, nuestra vocación, nuestras familias, de una manera tal que su ataque al bien común de la Iglesia no podría quedar más claro.

Recordemos lo que nuestros antepasados en la fe dijeron de situaciones como la actual.

El Cardenal Cayetano (1469-1534): “Debéis resistir en su propia cara al Papa que está destrozando la Iglesia”.

Francisco de Vitoria (1483-1546): “Si el Papa, con sus órdenes y actos  destruye la Iglesia, se lo puede resistir e impedir que sus órdenes se cumplan”. 

San Roberto Belarmino (1542-1621): “Así como es legítimo resistir al Papa si éste asaltara a un hombre, también es legítimo resistirlo si ataca a las almas, o perturba al Estado, y mucho más si procurara destruír la Iglesia. Es legítimo, insisto, resistirlo no cumpliendo lo que manda y entorpeciendo el cumplimiento de su voluntad”. 

Silvester Prierias (1456-1523): “El [el Papa] no tiene poder para destruir; por tanto, si se prueba que eso es lo está haciendo, es lícito resistirlo. El resultado de todo esto es que si el Papa destruye la Iglesia mediante sus órdenes y acciones, puede ser resistido e impedido el cumplimiento de sus órdenes. El derecho de franca resistencia al abuso de poder de los prelados emana también de la ley natural”. 

Francisco Suárez (1548-1617): “Si el Papa dicta una ley contraria a la recta costumbre, no hay que obedecerle; si trata de hacer algo claramente opuesto a la justicia y al bien común, es lícito resistirlo; si ataca por la fuerza, puede ser repelido por la fuerza, con la moderación propia de una justa defensa”.

P. Villanueva, Misa crismal en San Juan de Letrán, comienzos del siglo XX, Roma
 

Así pues, está clara la Providencia de Dios, y considero esta instrucción como un regalo de Navidad. Al mostrarnos que sus autores odian la Tradición católica, odian la continuidad con el pasado y odian a los fieles, nos hace más fácil ver que actúan contra el bien común y merecen, por tanto, que se les resista. No sólo nos está permitido resistir, sino que estamos obligados a hacerlo, si queremos evitar pecar contra lo que sabemos que es recto, santo, verdadero y bueno.  

El contenido de la instrucción era, en cierta forma, enteramente predictible: sigue el texto ideológico de los miembros de San Anselmo, conducidos por su príncipe, Andrea Grillo. Cada una de las medidas del documento está pensada para estrangular al clero y al laicado tradicionales, entorpeciendo o eliminando su forma de vida hasta hacerla desaparecer, a fin de dar lugar a la supuesta “única expresión” del rito romano, que se le atribuye falsamente al Concilio Vaticano II. El documento está escrito en la nueva jerga bergogliana, llena de palabras como “acompañar”: todos deben ser “acompañados” hacia el “irreversible” Novus Ordo.

La instrucción pone un particular énfasis en la “unidad”, entendida como uniformidad, sin prestar atención a la compatibilidad de ello con la variedad de ritos, existente desde hace mucho tiempo, en la Iglesia de Occidente, como el ambrosiano, el mozárabe, y el de los Ordinariatos Anglicanos. La declaración siguiente es especialmente reveladora: “Es deber de los obispos, cum Petro et sub Petro, resguardar la comunión que, como nos lo recuerda el Apóstol Pablo (cfr. 1 Co 11, 17-34), es una condición necesaria para participar de la mesa eucarística”. Pero ¡qué interesante! Este deber episcopal de asegurar las condiciones necesarias para la participación en los sacramentos ¿se extiende también, por ejemplo, a los políticos pro-aborto, a los que viven públicamente en adulterio, a quienes proponen un estilo de vida LGTB, y a quienes disienten de aspectos básicos de la doctrina católica? ¿O los únicos que corren el riesgo de pecar contra las exigencias para comulgar son los que adhieren a una fe, una moral y una liturgia tradicionales? 

Fuente: Magnificat

4 comentarios:

  1. La pregunta es ¿cómo van a resistir? ¿Se van a exponer a las mismas penas que le impusieron a Mons Lefebvre? O solo seguirán escribiendo y hablando y hablando

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  2. A Dios gracias existió un Obispo santo que hace más de 30 años supo lo que pasaría. Viva la Fraternidad san Pío x! Viva Cristo Rey

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  3. Cuentan algunas lenguas que sentados en Santa Marta el cardenal y un periodista conversaban,este pregunta:Su santidad,que conducta tiene ud para aquellos que lo critican y se le oponen.Primero espero la solucion normal de la vida y si se tarda los traslado a lejanos y malos destinos.Sabiendo lo que les espera bien visto eso de RESISTIR Y DESOBEDECER.

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