Dominica III Post Pentecosten infra Octavam SSmi Cordis D.N.J.C (Nocturn III.)
Papa san Gregorio Magno |
Lección del santo Evangelio según San Lucas (Lc 15, 1-10)
En aquel tiempo: Solían los publicanos y pecadores acercarse a Jesús para oírle. Y lo que sigue.
Homilía de San Gregorio, Papa. (Homilía 34 sobre los Evangelios, núm. 2-3.)
Habéis oído, hermanos míos, en la lectura del Evangelio que los pecadores y los publicanos se acercaban a nuestro Redentor, y que fueron admitidos, no solamente a conversar, sino también a comer con Él. Al ver esto, los fariseos lo comentaron, despectivamente. De donde podemos deducir que la verdadera justicia es compasiva, y la falsa desdeñosa. No quiere decir esto que los justos no se muestren a veces, y con razón, indignados contra los pecadores, sino que no es lo mismo obrar por soberbia que por celo de la disciplina.
Los justos se muestran a veces indignados, sin estarlo realmente; desconfían de los pecadores, sin desesperar; los persiguen, sin dejar de amarlos; el celo por el bien pone reprimendas en sus labios, mas conservan interiormente la dulzura de la caridad; anteponen a sí mismos, en su estimación, a los mismos que reprenden, y juzgan mejores que ellos a aquellos de los que son jueces; a la vez que mantienen a sus súbditos en la disciplina, se conservan ellos mismos humildes.
Los que se enorgullecen so pretexto de una falsa justicia, desprecian a los demás, sin compadecerse de sus debilidades; no se tienen por pecadores, y conviértense en pecadores mucho más odiosos. Así son los fariseos, que, al vituperar al Señor porque acogía a los pecadores, recriminaban, ellos, los secos de corazón, a la fuente misma de la misericordia. Mas como estaban enfermos, hasta el punto de ignorar su mal, el Médico celestial los trata con suaves remedios, les responde con una conmovedora parábola, y oprime dulcemente la entumecida herida de su corazón.
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