Muy Interesante reportaje de Gloria.tv a José Arturo Quarracino*, sobrino del antiguo cardenal de Buenos Aires, y conocedor de primera mano de Jorge Mario Bergoglio. Publicamos un extracto de lo más importante. Debajo, el link con la totalidad de la nota.
*José Arturo Quarracino, nacido en 1953 en Buenos Aires, es pariente del cardenal bonaerense Antonio Quarracino (+1998), quien nombró obispo auxiliar al padre Jorge Mario Bergoglio en 1992. José Arturo, egresado en Filosofía (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras), profesor y traductor autónomo, está casado y tiene tres hijos, de los cuales dos han fallecido (a los 28 años y antes de nacer). Participa en la vida política argentina y en el movimiento provida nacional y continental. Apasionado de la Historia, la Religión, la Teología y la Política.
¿Por qué su tío eligió a Bergoglio?
Mi tío lo había conocido en el año 1973 ó 1974 siendo Provincial, pero quien le habla para “rescatarlo de su exilio” fue uno de sus maestros en la Compañía, el padre Ismael Quiles SJ, un santo sacerdote, porque anímica y psicológicamente Bergoglio la estaba pasando muy mal. Por ese motivo es que mi tío lo pide a la Santa Sede como obispo auxiliar -aunque ya tenía otros. En el libro de Austen Ivereigh, El gran Reformador, está contado con lujo de detalles lo que tuvo que batallar mi tío para lograr que la Santa Sede lo hiciera obispo a Bergoglio.
Entonces, ¿usted dice que Bergoglio fue nombrado obispo “por compasión”?
Por un lado, mi tío conocía bastante al padre Ismael Quiles que le pidió por Bergoglio y lo apreciaba mucho, porque -como le dije antes- era un excelente sacerdote y un jesuita ejemplar. Y más allá del conflicto interno con la Compañía de Jesús, Bergoglio presentaba una imagen de hombre piadoso, muy ignaciano, de vida muy austera, desarrollando mucha simpatía con aquéllos que, como decimos en español, “le caían bien”. Con ese nombramiento, además, se le solucionaba a Bergoglio el gran problema del tremendo conflicto interno que experimentaba con gran parte de los jesuitas que habían sido amigos de él y con los que se había distanciado enormemente.
¿Sabe usted por qué Bergoglio produjo tal división como provincial de los jesuitas?
No conozco los detalles, pero visto a la distancia creo que fue su personalidad psicológica la que le llevó a un conflicto con sus hermanos, porque siempre tuvo tendencia a tener poder, y la forma que encontró para llevar a cabo ese deseo era de apoyarse mucho en los sacerdotes más jóvenes y en los novicios, y no tanto con los sacerdotes adultos y mayores. Lo que se supo fue que cuando dejó de ser Provincial, por razones estatutarias, de hecho se mantuvo en actividad como si lo siguiera siendo, debilitando la autoridad de las nuevas autoridades, tanto en la dirección de la Compañía como en la Facultad de Teología en la que se formaban los jesuitas, en la ciudad de San Miguel, sede histórica de la Compañía de Jesús.
¿Qué tipo de impresión dejó Bergoglio como obispo auxiliar?
Como obispo auxiliar, Bergoglio supo ganarse el cariño y el aprecio de gran parte del clero joven de la arquidiócesis, con su sencillez, su piedad, su acompañamiento y su manejo psicológico, que lo ejercía como pocos, muchas veces para bien, y en algunos casos para mal. Con los que caían en desgracia con él solía ser muy duro, hasta cruel. Y al clero adulto lo iba poniendo sutilmente “a un costado”, para promocionar a sus amigos y protegidos jóvenes.¿Como obispo auxiliar, Bergoglio fue diferente al Bergoglio como provincial?
En general, no mantuvo un perfil tan alto y no tenía tantas responsabilidades ejecutivas como cuando fue Provincial, pero a veces tenía actitudes que llamaban mucho la atención, como la de cortar todo vínculo con alguien y para siempre, sin que muchas veces el caído en desgracia no sabía qué es lo que había hecho mal.
Cuando Bergoglio reemplazó a su tío como arzobispo de Buenos Aires, ¿percibió un cambio? ¿Qué recuerda de su época en Buenos Aires?
Hubo un cambio total en su modo de proceder. Inicialmente se ocupó de sacarse de encima a quienes habían sido excelentes colaboradores de mi tío, como monseñor José Erro, rector de la Catedral de Buenos Aires y un santo sacerdote, a quien le pidió por teléfono que renunciara a su puesto y se jubilara. Sin ningún tipo de contemplaciones ni agradecimientos. Interpreto que lo hizo de esa manera, para hacerle saber al clero de Buenos Aires que la conducción del arzobispado iba a cambiar radicalmente, barriendo con todo lo que significara continuidad con la etapa anterior, aunque cuidándose de mantener en algo la figura póstuma de mi tío.
¿Así que el amable obispo auxiliar se convirtió de repente en un desagradable arzobispo? ¿Qué dijo la gente sobre esto?
Lo que más impactó y desubicó a muchos fue que en casi toda su experiencia como arzobispo pleno presentaba casi siempre un rostro adusto, amargado, triste, una “cara de vinagre” como le dijo algunas veces a algunas religiosas y a los cristianos “tradicionalistas” u “ortodoxos”. Era muy impactante ver ese rostro tan “alejado” de los demás en celebraciones litúrgicas o sacramentales, carente totalmente de alegría cuando celebraba una Eucaristía, tal como ha acontecido en sus celebraciones como Papa. Nadie se explicaba el motivo de esa forma de actuar y presentarse, que resultaba ser muy hiriente para algunos.
En forma contraria, llamó muchísimo la atención que después de ser elegido Papa empezó a mostrar el rostro alegre y jovial que casi nunca tuvo en Buenos Aires. Al punto que algunos se preguntaban si en definitiva era la ambición que tenía, pero que no se cumplía -llegar a ser Papa- la que lo motivaba en el fondo.
¿Cómo se presentó el "nuevo" Bergoglio?
Comenzó a tener un trato muy distante en general con todos aquéllos que no conocía y que no formaban parte de su círculo de amistades. Hasta que llegó al papado, eran comunes los comentarios de los fieles de la arquidiócesis sobre la cara de enojado que mostraba siempre en toda actividad pública. Un sacerdote de su confianza, párroco, le pidió -en broma pero también en serio- que no hiciera más visitas pastorales si iba a mostrar lo que el mismo Bergoglio llamaba “cara de vinagre”.
¿También se refería a sí mismo con "cara de vinagre"?
Casi nunca hizo referencia a sí mismo sobre eso, tampoco lo hablaba. Empezó a usar esa expresión en público cuando llegó al papado.¿Había, en ese momento, alguna evidencia de que el ortodoxo Bergoglio se había vuelto heterodoxo?
En los primeros años no, pero con el transcurso del tiempo empezó a dar muestras de cierto “relajamiento”, no tanto en lo que decía sino en lo que hacía, como si fueran deslices o actitudes llamativas.
Pero cuando empezó a mostrar realmente su comportamiento heterodoxo fue al año y medio de haber asumido como arzobispo pleno, después del fallecimiento de mi tío (28 de febrero de 1998). Fue una semana antes de que se inaugurara oficialmente el Jubileo del Año 2000, en la Navidad de 1999. Ese día, el 18 de diciembre de ese año, Bergoglio convocó a la arquidiócesis de Buenos Aires a celebrar sinuosamente la “Misa del Milenio” (no del Jubileo), que por supuesto no tuvo nada que ver con la celebración de la Iglesia universal, anticipándose a la iniciativa papal.
¿Por qué?
La única explicación que encuentro al día de hoy es que lo hizo para mostrar al “mundo del poder” que gobierna realmente el mundo -la plutocracia globalista- que tenía la suficiente independencia para actuar independientemente de la Iglesia universal, pero cuidando las formas. No por casualidad fue el candidato del progresismo eclesiástico para suceder a Juan Pablo II en el 2005, contra Ratzinger.¿Cuál fue la estrategia de Bergoglio como arzobispo?
Durante su gestión en Buenos Aires se hizo famoso porque nadie sabía que pensaba en realidad, ya que a cada interlocutor que lo visitaba siempre le decía lo que éste quería escuchar. Y fue conocido también porque comenzó a poner en segundo plano o directamente a ignorar a los sacerdotes mayores o adultos, para promover sacerdotes jóvenes que le tenían una gran devoción. Y muy llamativamente, impuso la ley para los seminaristas de la arquidiócesis que les prohibía usar sotana, tanto dentro de la casa de estudios como en su labor pastoral externa.
¿Cómo manejó las finanzas?
En el tema finanzas no tengo casi nada para decir, porque no tuve acceso a información de ese tipo. Sí puedo decirle que comenzó a cercar y acorralar a las órdenes y congregaciones más ortodoxas, por un lado por su firmeza doctrinal (que para él era “dureza”), y por otro lado porque muchas veces estas órdenes poseían un gran patrimonio.
¿Cómo se desarrolló el Seminario de Buenos Aires bajo el mandato de Bergoglio?
Por lo que sé, gracias al testimonio de algunos seminaristas que se vieron obligados a ir a otra diócesis, es que el seminario -en su momento uno de los más importantes del país, en cuanto a su formación académica- comenzó a disminuir el nivel de exigencia en la formación doctrinal y teológica, para acentuar la formación en la acción pastoral, sea lo que sea que esto signifique, con lo que los nuevos sacerdotes se caracterizaron cada vez más como agentes de ayuda social, salvo alguna que otra excepción, pero con escasa o nula formación doctrinal, teológica e intelectual.
En este sentido, una de las iniciativas que tomó Bergoglio como arzobispo pleno fue, como mencioné antes, la de prohibir a los seminaristas de la arquidiócesis el uso de la sotana, dentro y fuera del seminario. Cosa que también hizo en Roma, como obispo de la misma.
Algunos dicen que el cardenal Bergoglio es culpable de "encubrir casos de abusos homosexuales". ¿Es esto cierto?
Lamentablemente, sí. Muchas veces porque eran personas cercanas a él. Se comentó mucho el caso de un sacerdote de su íntima confianza, conocido por inclinaciones homosexuales, a quien “ayudó” enviándolo a Roma unos años antes de ser Papa, entre otras cosas, porque le ayudó a conocer muchas intimidades de la Santa Sede, intuyendo ¿o sabiendo? que podía llegar a donde llegó. No se olvide que ese tipo de personalidades suelen ser muy predispuestas a llevar y a traer información, de todo tipo. Información que al entonces arzobispo le encantaba tener a mano y conocer.
¿Tiene usted también información de primera mano sobre estos casos?
Sí, y la pude constatar personalmente. En abril de 2001, unos meses después de haber sido creado cardenal, una persona que trabajaba en la Universidad del Salvador, de la que él no sólo era Gran Canciller, sino también su Gran Controlador, le llevó pruebas de una persona muy allegada al novel cardenal, que no sólo trabajaba en esa casa de estudios, sino que era también funcionario estatal, había estado difundiendo a miembros de la Universidad fotos pornográficas, como diversión. El resultado de esta gestión fue que el allegado a Bergoglio siguió trabajando sin problemas durante varios años más, y quien lo puso al tanto del “tema” fue despedido sin causa de la Universidad, unos meses después.
Poco después de la elección de Bergoglio, Omar Bello escribió "El verdadero Francisco"…
Sé muy poco, porque al igual que algunos otros que se publicaron sobre Bergoglio después de ser elegido Papa eran muy laudatorios, cosa que no está mal, pero omitiendo muchos datos que ya se conocían sobre su personalidad contradictoria -paso del amor al odio con personas que en principio habían sido cercanas a él, su tibieza cuando se plantearon en la arquidiócesis iniciativas como el “matrimonio igualitario”, su desprecio por la ortodoxia doctrinal, dirigido sobre todo a las órdenes religiosas, su ambigüedad respecto al aborto, etc.
¿Cómo ve usted las cosas?
En este sentido, para entender a Bergoglio y su pontificado, hay que tomar en cuenta su vínculo estrecho con la Casa Rothschild, a través del Concejo para el Capitalismo Inclusivo. Lo que Sire y muchos otros le atribuyen a Bergoglio como peronista en realidad proviene de los Rothschild, en particular de la baronesa Lynn Forester, la tercera esposa de sir Evelyn de Rothschild: el concepto de inclusión, el grito de los pobres y el grito de la madre Tierra, etc., conceptos que han estado han boca de ese mundo oligárquico y plutocrático que la dama representa.¿Qué hay de malo en esto?
En mi humilde opinión, para entender lo que ha hecho Bergoglio desde el comienzo de su papado -empezando con el famoso Sínodo sobre la Familia y la exhortación Amoris Laetitia- hay que verlo en su alianza con la Casa Rothschild, que se hizo explícita y pública el 8 de diciembre de 2020, en ese famoso encuentro en Roma, con foto incluida, en la que Bergoglio muestra el rostro adusto y seco que suele mostrar cuando está incómodo. No se olvide que la baronesa Lynn Forester ha dicho en una entrevista que el proyecto que ella ha impulsado y materializado -el Concejo para el Capitalismo Inclusivo- es la prosa, a la que la presencia de Bergoglio le ha puesto la música. En lenguaje profano, ha dicho en realidad que Bergoglio, como pontífice, es el bufón de su grupo plutocrático que pretende darle un rostro “humano” al capitalismo, porque son conscientes que mientras ellos se han vuelto hipermillonarios, el 90% de la población mundial apenas ha obtenido migajas de la riqueza que todos producimos.
Entonces, ¿no hay peronismo?
Leer a Bergoglio en clave peronista lleva al error, para entender el desastre que ha hecho y en el que persiste hay que leerlo en su vínculo con el proyecto inclusivo de los Rothschild, que como contrapartida impulsa la erradicación y eliminación de la memoria histórica, cultural y espiritual de la Iglesia y de la humanidad, es decir, de la Tradición cultural de la historia universal, humanista y cristiana, de la que el Catolicismo ha sido la matriz y la forja.Si el "peronismo" de Francisco es una farsa. ¿Qué es él?
Bergoglio no es peronista, es un Jesuita cabal, en toda la línea, que llamativamente no irradia para nada en su munus petrinum. Es un operador político, evidentemente, pero no desde su función de Vicario de Cristo -título al que ha renunciado en la edición de Anuario Pontificio de 2020 porque lo considera cosa del pasado-, sino desde la praxis típica del jesuitismo -manteniendo las formas y los conceptos, pero sin el contenido concreto y el alma ignaciana.
¿Qué significa esto?
No es casualidad que el general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa, haya dicho, palabras más palabras menos, que como en la época de Nuestro Señor no había grabadores, en realidad no sabemos lo que ha dicho realmente, sino que conocemos lo que algunos dicen que dijo, en un idioma que no es el nuestro, por eso hay que ejercitar el discernimiento para saber lo que Jesús ha querido decir en realidad. En una entrevista a una página web italiana que no se difundió a gran escala, Bergoglio dijo que para tomar decisiones el se basa “en sus instintos y en el Espíritu Santo”, dejando de lado la Sagrada Escritura, la Tradición, el Magisterio.
Los activistas mediáticos de la Oligarquía adoran a Bergoglio...
No es casualidad que la gran prensa internacional y mundial -enemiga de la Iglesia y del Cristianismo-lo haya identificado de entrada como el gran revolucionario y transformador de una Iglesia retrógrada y reaccionaria, mientras que la propia feligresía católica lo tome cada vez menos en cuenta, como se pudo constatar hasta comienzos del 2020, con la asistencia a las audiencias de los miércoles y al rezo del Angelus los domingos, que era cuatro veces menor a la asistencia que habían tenido en sus pontificados san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
¿No exagera usted cuando dice que Bergoglio colabora con los enemigos de la Iglesia?
Está todo a la vista. Es que, en realidad, Bergoglio ha ejercido su pontificado más bien como operador político, y menos como pastor de almas y vicario de un Poder superior. Un ejemplo que mencioné antes y ahora le detallo: en cierto momento del 2014 obró, a través de un operador político argentino, para que la entonces presidente Cristina Kirchner se reuniera con George Soros, cosa que efectivamente sucedió a los pocos meses. Pero nunca le interesó ni movió un dedo cuando un médico argentino fue condenado en el año 2018 por un tribunal provincial (Río Negro), por no haber practicado un aborto -ilegal, pero protocolizado de hecho por una resolución ministerial- y haber salvado dos vidas, la de una joven que intentó abortar y estaba a punto de morir, y la de su hijo que pudo sobrevivir al intento. Como tampoco nunca dirigió una sola palabra de aliento y acompañamiento a los movimientos pro-vida que batallaban por impedir que se legalizara el asesinato prenatal, pero sí se ocupaba de enviar mensajes y palabras de aliento a dirigentes políticos con procesos penales y civiles, porque eran progresistas, aunque adversarios o enemigos de la Iglesia.Cuando el presidente argentino Alberto Fernández, un mes y medio después de asumir, viajó a Roma para entrevistarse con Bergoglio, todos recordamos la alegría que exhibieron ambos en su encuentro y la calidez del mismo, sin que se hablara una sola palabra sobre la decisión explicitada por el mandatario argentino de avanzar con la legalización del aborto. Incluso el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo celebró una Misa en el altar de la capilla donde descansan los restos de San Pedro y le permitió comulgar, sabiendo que estaba decidido a hacer aprobar la legalización del aborto.
Y las últimas visitas que tuvo del presidente Joe Biden y de la demócrata Nancy Pelosi, ultra abortistas ambos, recibidos como amigos íntimos y con gran alegría, cosa que no demostró con ningún dirigente provida, italiano o extranjero.
Y lo que es para mí el colmo de esa colaboración: la entrega de la Iglesia Católica en China a manos de la dictadura que gobierna ese país, condenada a desaparecer.
Se dice que el cardenal Bergoglio tenía secretarios que solían asistir a misa en la Sociedad de San Pío. Bergoglio también parecía defender a Pío X. ¿Cómo encaja esto en la imagen del liberal Francisco?
Fue siempre típico en él jugar con los opuestos, pasando de un extremo al otro: un día se muestra ortodoxo -ante un grupo de médicos católicos o ante micrófonos condena de palabra el aborto, describiéndolo como un acto que ejecuta un sicario- y al otro día recibe y alaba a Emma Bonino, o al presidente argentino, confeso abortista, y permite que participe en una Misa celebrada en el altar que está junto a la urna que contiene los restos de san Pedro.
¿Quién puede entender esto?
Ese ha sido siempre el juego de Bergoglio, un juego de astucia, no de sabiduría, porque es una forma que le permite no ser encasillado y, al mismo tiempo, le posibilita mantener la iniciativa. Aunque en definitiva es una astucia de vuelo corto, como el de las gallinas.
Henry Sire llama "el gran misterio de la carrera de Bergoglio" al hecho de que fuera la mano derecha de su tío, el católico cardenal bonaerense Quarracino, pero que luego se convirtiera en el favorito del Grupo de San Gall. ¿Puede arrojar luz sobre este misterio?
Jesuitismo puro: para escapar del exilio que le había impuesto la Compañía, se aferró a Quarracino, conservador y “retrógrado”, según sus enemigos; cuando pudo ejercer en plenitud el arzobispado, empezó a desplegar su costado “popular” y de humildad, para sacarse la etiqueta de conservador y acercarse a esas posturas progresistas a las que ese grupo de San Galo era proclive.
¿Jesuitismo? ¿Se refiere a la duplicidad? ¿Dos caras?
Fíjese usted que Bergoglio comenzó su pontificado hablando de la mundanidad espiritual o espiritualidad mundana, como el mayor problema que afectaba a la Iglesia en ese momento, para terminar haciendo de la Iglesia una organización mundana, como la que está impulsando ahora frenéticamente: la Basílica de San Pedro un museo, el desvarío ideológico de la doctrina LGTB como parte constitutiva de la doctrina “cristiana”, la Tradición como elemento abstracto y fundamentalista en la vida de la Iglesia, darle carta de ciudadanía cristiana a una deidad pagana (Pachamana), etc.
Es jesuitismo, en el sentido que usted lo dice, que conserva la forma de “lo jesuita” pero sin lo esencial, que es ser “soldado de Jesucristo”, porque en el fondo ya no hay fe en Cristo. Una “Compañía de Jesús” mutada o convertida en “Compañía del Iscariote”, pero conservando la forma original, sin el contenido. Una “Compañía” que tiene como una de sus estrellas a un sacerdote declaradamente homosexual y apologeta del “mundo homosexual”, que ocupa un cargo en el Vaticano.
Como Papa, Francisco resultó ser muy pro-homosexual. ¿Era esto visible cuando era cardenal?
Hasta donde conozco, nunca fue tan evidente ni visible esa actitud gay-friendly de Bergoglio, ni como jesuita ni como obispo. Tampoco fue demasiado evidente como cardenal, porque eso posiblemente le hubiera imposibilitado en el Colegio Cardenalicio ser elegido Papa. Sí se han conocido casos de sacerdotes con esas conductas que siempre contaron con la protección discreta de Bergoglio. Sólo lo ha hecho abiertamente cuando llegó a la Cátedra de Pedro, dando el aberrante espectáculo de darle refugio y protección política y clerical a un notorio delincuente como el obispo Gustavo Zanchetta.
Muchos han sugerido que Francisco quiere colaboradores que sean chantajeables y controlables. ¿Tiene elementos que confirmen esto?
Lamentablemente, sí. Y a todo nivel, sumado al hecho de que siempre se rodeó de personalidades mediocres, sumisas y serviles. Porque el liderazgo de Bergoglio, más que de dictador como lo ha caracterizado Henry Sire, es típicamente despótico, no admite el disenso ni la independencia de criterio.
¿Como en la época en que fue el Provincial de los jesuitas argentinos?
Se ha mencionado mucho el hecho del enfrentamiento que tuvo Bergoglio con los jesuitas, después que terminaba su labor como provincial de la Compañía. Lo que pocos o muy pocos cuentan, por razones de discreción y decoro quizás, es que los que más lo enfrentaron fueron los que habían sido sus colaboradores o compañeros de su liderazgo en la Orden. Algunos de ellos muy amigos de él, que lo respetaban mucho y lo querían.
¿Por qué ese enfrentamiento posterior?
Nunca se supo. Sí se sabía que eran personas serias, con su personalidad, no manipulables ni chantajeables.
Fuente: Gloria.tv
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